La Junta de Andalucía sigue con su cuentagotas de nombramientos y ayer el Consejo de Gobierno informó de un nuevo reguero de nombres, una decena de ellos relacionados con la provincia de Málaga en mayor o menor medida y repartidos entre el PSOE e Izquierda Unida. A la espera de que llegue la estructura provincial, que sigue sin fecha clara, ya están prácticamente configuradas las estructuras de las consejerías, aunque aún queden algunos cargos pendientes, y en ese reparto Málaga está, pero con una presencia no tan extensa como presagiaban los socialistas de la provincia, que aspiraban a copar el segundo escalafón de la administración.

En puestos de relevancia, más allá del organigrama de Cultura, que sí tiene acento malagueño, sólo se colocan la hasta ahora delegada del Gobierno de la Junta, Susana Radío, que será directora general de Economía Social, y el exresponsable de Adif, Antonio González Marín, nuevo secretario general de Empleo y director gerente del SAE. Radío sale así de la quiniela de delegados, ya que su nombre sonaba con fuerza para seguir en la Delegación Provincial.

Se mantiene en Educación como secretario general de Universidades, Francisco Trigueros, como también seguirá al frente de la secretaría general de Deportes Nacho Rodríguez, un puesto que depende de Cultura, consejería que dirige Luciano Alonso y en la que se ha dejado notar la mano de Málaga a la hora de configurar el organigrama. Así, ayer fueron refrendados los nombres de Montserrat Reyes, que será la secretaria general de Cultura; Rafael Granados, director general de Actividades y Promoción del Deporte, y Sebastián Rueda, que deja la alcaldía de Guaro para ser director general de Acción Cultural y Promoción del Arte. Alonso, que ha compuesto un equipo de marcado perfil político con gente de su total confianza, se lleva también a la consejería a José Francisco Pérez, que fue responsable de Turismo Andaluz y ahora llevará la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales.

En las áreas de gobierno de Izquierda Unida también hubo ayer nombramientos vinculados a la provincia de Málaga. Vicente Granados fue nombrado secretario general para el Turismo, dentro de la consejería que ostenta el malagueño Rafael Rodríguez, mientras que en la de Vivienda estará como secretaria general Amanda Meyer, abogada de origen gaditano pero vinculada profesionalmente a Málaga e hija del eurodiputado Willy Meyer. La dirección de la Agencia de Obra Pública estará en manos de José Antonio Tallón, hasta el año pasado director de Emprovima, la empresa de vivienda de la Diputación. Y al frente de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional estará Enrique Pablo Centella, hermano del diputado José Luis Centella y que llevaba el área de Cooperación internacional del Ayuntamiento de Benalmádena y era consejero de la empresa Innovación Probenalmádena.

De origen malagueño es Sofía Duarte, nueva directora de la Oficina Fiscal y Judicial, y vinculadas a la provincia están Manuela Fernández, que gestionará Participación Ciudadana y Vanessa Bernad, directora general de Autónomos. La estructura periférica comenzará a conformarse en las próximas semanas, cuando se terminen de definir los organigramas provinciales, que tendrán menos delegados pero sumarán coordinadores.

Noé Oña será el nuevo alcalde de Guaro. Sebastian Rueda dejará la alcaldía de Guaro el sábado y el jueves la presidencia de la Mancomunidad de la Sierra de las Nieves. «Es un reto muy apasionante después de 21 años de municipalismo». «Aplicaré todo lo que he aprendido y lucharé para dar un mayor impulso a la cultura», declaró ayer. El Ayuntamiento de Guaro será dirigido desde el sábado por Noé Oña Bernal, primer teniente alcalde y responsable de Urbanismo, Vías y Obras.