Desde finales de 2007, al inicio de la crisis, el empresario Francisco Barrionuevo viene publicando sus artículos sobre la «economía real» es su columna de La Opinión de Málaga y algunos otros diarios nacionales. En ellos examina, disecciona con análisis minuciosos y pormenorizados la situación política y económica a la luz de un empresario que pelea día a día en la trinchera y fustigando a los políticos manirrotos y derrochadores que nos han llevado a este borde del precipicio.

¿Por qué Desde la trinchera? ¿estamos en guerra?

No es que estemos en guerra, pero el empresario tiene un perfil profesional que se supone que se juega el pellejo todos los días y cuando habla de economía es de economía real de lo que habla y debe conocerla y dominarla para así poder encarar los riesgos y hacer frente a su patrimonio. Hay que tener en cuenta que para el empresario de verdad, la empresa no es sólo ganar dinero, sino una forma de vida y esa es la diferencia con otros profesionales que no se la juegan, que no oyen silbar las balas como le ocurre al empresario.

Los artículos que componen el libro ¿han supuesto una necesidad, un desahogo?

Desahogo no, se trata de una intencionalidad. El empresario debe hacerse oír y para eso la fórmula de los artículos en prensa sirven muy bien para este fin, que es criticar y analizar y hacer ver a los políticos que están muy mal asesorados. Además tienen el interés de que se inician cuando la crisis y suponen una retrospectiva interesante.

Pero para un empresario escribir tendrá sus sacrificios...

Sí claro, esto cuesta, no es un hobby, tiene un sacrificio importante ya que es tiempo que le quitas a tus verdaderos hobbies y a la familia.

¿Están tan mal asesorados nuestro políticos actuales?

Sí, porque la mayoría padece el mal endémico del cortoplacismo y no ven que las soluciones no pueden ser solo para el tiempo político actual y no a largo plazo. La política es para estar al servicio del ciudadano y eso se está perdiendo y hay que volver a los políticos como servidores públicos.

¿Por qué la administración pública es uno de sus demonios?

Porque pone en evidencia el coste de oportunidad. Invertir en tecnología es inversión, gastar en otras cosas puede ser un euro mal gastado y hay que decir que hemos derrochado mucho y ahora lo estamos notando.

A pesar de todo, ¿cabe la esperanza?

Ahora mismo el entorno es muy malo para las empresas pues cuando éstas no dependen de sus estrategias se lo ponen difícil. Pero hay que ser optimistas, más que nada pues si no se arregla el futuro económico lo pasaremos muy mal.