La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a dos años y medio de cárcel a un hombre de 46 por abusar sexualmente de su sobrina, que en el momento de los hechos tenía sólo seis años, y hacerle fotos cuando estaba desnuda. No podrá acercarse a ella durante un lustro y tendrá que indemnizarla en 3.000 euros por los daños morales. Los hechos ocurrieron en un piso de la capital.

Según consta en la sentencia, a la que tuvo acceso La Opinión de Málaga, el procesado, A. S. C., «entre el verano de 2009 y el mes de junio de 2010, en diversas ocasiones, sin que puedan determinarse cuántas ni tampoco las fechas en que ello sucedió, aprovechaba que su sobrina iba con frecuencia al domicilio de su abuela paterna, donde él vivía también, y actuaba con ánimo libidinoso».

Ese ánimo lúbrico se concretaba en que llevaba a la niña, de sólo seis años, a su dormitorio, «y, colocándola encima de la cama, le bajaba las braguitas», haciéndole fotos con su teléfono móvil.

Además, la sometía a tocamientos, se quedaba en calzoncillos delante de la pequeña y la besaba en la boca, siempre según el tribunal.

El acusado negó ser el autor de los hechos durante el juicio, pero sí admitió haber besado en la boca a la niña, lo que consideraba «normal entre familiares».

En cuanto a los tocamientos, narró, los hizo con una toallita para que la niña aprendiera a limpiarse. Reconoció que se quedaba en calzoncillos delante de la menor, pero consideraba ese hecho normal puesto que estaba en su casa, algo que al tribunal le resulta «extraño y llamativo».

La pequeña visitaba a su abuela paterna en la vivienda de la capital porque ésta estaba enferma y no podía salir a la calle. La Sala fundamenta la sentencia en la declaración de la madre de la víctima, las comparecencias de dos policías nacionales y el informe emitido por una psicóloga.

La madre permitió que el acusado llevara a su hija pequeña a casa de la abuela paterna para que pudiera estar con ella, dice la Audiencia, «lo que demuestra la excelente relación que mantenían el procesado y su familia» con ella, pese a estar separada de su expareja. «Ello permite descartar que la mujer actúe con alguno de los móviles que harían que sus manifestaciones se debieran contemplar con recelo», añade la Audiencia Provincial.

Experiencia traumática. La progenitora explicó que su hija le dijo un día que quería dejar de ser la novia de su tío, «porque éste la besaba en la boca, y más tarde le refirió que le hacía fotos con el móvil». La pequeña le dijo lo mismo al médico de guardia que la reconoció. La mujer había advertido en su hija un comportamiento extraño y agresivo, lo que también detectó su profesora, «trastornos compatibles con la traumática experiencia vivida», apunta la Sala.