El repunte en el negocio de los vehículos de segunda mano ha hecho que mucho caradura se suba al tren del fraude. Además de la venta de vehículos en plena calle sin ningún tipo de control, otra actividad que toma fuerza es la de tocar el cuentakilómetros para restarle distancia y aumentar su precio de mercado.

Un claro ejemplo se dio el pasado mes de mayo, como otras tantas veces durante la pasada década, cuando la Policía Nacional de Málaga detuvo a siete personas en una operación contra el fraude en varias casas de compra venta de vehículos por supuestamente haber manipulado los cuentakilómetros de numerosos y falsificado la Tarjeta de Inspección Técnica de los mismos.

Según los investigadores, los responsables de estas empresas compraban a muy bajo precio coches con gran número de kilómetros para después encargar a un experto su manipulación para reducirlos. Posteriormente, los mismos responsables inducían a un tercera figura, representante de la casa de compraventa, que pasara la preceptiva inspección y que pidiera un duplicado de la Tarjeta de Inspección Técnica por extravío o deterioro.Así, en el duplicado sólo aparecían los kilómetros a los que habían bajado mediante el trucaje.

La operación se inició después de que una de las víctimas se personara en el juzgado para denunciar que había comprado un vehículo de alta gama por 19.000 euros y que al parecer tenía 60.000 kilómetros recorridos, pero a los tres meses aparecieron problemas en el motor. Tras llevar el coche a un taller, el mecánico le dijo que el vehículo tenía el cuentakilómetros trucado, ya que un turismo ese kilometraje no podía presentar ni aquella avería de motor ni semejante desgaste de piezas. Tras pedir explicaciones a la empresa que le vendió el vehículo y recibir únicamente excusas, denunció denunciar el caso. Las investigaciones permitieron el esclarecimiento de numerosos hechos delictivos similares en las provincias de Málaga, Granada y Cádiz.