Investigador incansable, Juan Manuel Muñoz Gambero prepara un libro sorprendente de la mano de la Fundación Málaga sobre el origen de la escritura en la provincia de Málaga, unos signos grafemáticos que localizó por vez primera en el Cerro de la Tortuga en 1959, «y que comenzarían en el Neolítico entre el 3.500 y el 4.000 antes de Cristo, la fecha de aparición de la escritura cuneiforme, reconocida como la primera escritura de la Humanidad». Contemporánea por tanto de la escritura cuneiforme de Mesopotamia, se trataría de la más antigua forma de escritura de la Península Ibérica, algo de lo que ya ha hablado de forma novelada en El testamento oculto, una obra presentada en 2011 y editada por la Fundación Málaga.

Pero hay más sorpresas porque Muñoz Gambero informa en primicia de que ha logrado elaborar el alfabeto de esta escritura, que puede verse en la estela de la foto, una valiosa pieza descubierta en Villanueva de la Concepción y desaparecida por la desidia municipal. «Para que un grafema se convierta en letra debe repetirse tres o más veces en varias estelas y tres o más veces en muchas estelas repetidas, a eso se le da un valor grafemático, he calificado con un número, identificándolo de alguna manera con nuestras letras del abecedario, aunque no sabemos si esa gente tenía sílabas o no», precisa. Juan Manuel Muñoz Gambero explica que es un primer paso para poder conseguir leer estas estelas, «porque de momento no existe ningún alfabeto de la época».

Otro hallazgo al que le sigue la pista, con la ayuda del responsable de astilleros Nereo, Alfonso Sánchez-Guitard y expertos de la Universidad de Málaga, es el chino de 20 mm x120 mm hallado en el Cerro de la Tortuga (del tamaño de una uña) con unos signos dibujados. Para Muñoz Gambero, que ha corroborado el hallazgo con catedráticos americanos, la pieza mostraría de forma codificada el eclipse de sol producido el 28 de mayo del 585 a.C. un año en el que el Cerro de la Tortuga estaba lleno de vida.