Calcuta es la tercera metrópoli más importante de la India y una de las zonas más azotadas por la miseria. Casi el 40% de los niños no tienen acceso a la escolarización y la mayoría sufren desnutrición. A esta ciudad, tan bella como pobre, llegó la organización Lights of Hope en octubre de 2009 con el objetivo de poner un poco de luz en mitad de la desesperanza.

Después de varios viajes para empezar a conocer el terreno sobre el que querían trabajar, Lara Rodríguez, Sofía Valero y Francisco Valero decidieron dar forma a su ilusión por contribuir de alguna manera con la sociedad bengalí. La idea que todos ellos compartían era crear una escuela, a pie de calle, para frenar el retraso educativo que sufren muchos de estos jóvenes. Finalmente, fue en las Navidades de 2009 cuando reunieron el dinero suficiente para empezar a poner los cimientos de su primer proyecto, Lápices Digitales.

Un profesor contratado por la ONG y una lona que hacía las veces de aula fueron suficientes para arrancar con un proyecto que crecía a la vez que sus alumnos. «No sé ni cómo fuimos capaces de empezar, teníamos muchas ganas pero muy poco dinero», recuerda el malagueño Francisco Valero. Al final, fue posible gracias al empeño que pusieron y actualmente imparten clase a 160 menores de edad.

Cuando todo parecía que empezaba a marchar y la desorganización de los primeros momentos se fue aligerando gracias a la rutina, el nuevo gobierno que llegó al poder en verano de 2011 prohibió que continuaran su actividad a las escuelas callejeras. «Fueron unos momentos muy duros porque hubo que tomar la triste decisión de cerrar».

«En nuestro compromiso con aquellas familias, lo único que podíamos hacer y que moralmente consideramos que estaba bien, era facilitarles el registro de sus hijos». La mayoría de estos niños no forman parte de la sociedad ni tienen un nombre porque resulta un sacrificio económico para sus padres. El inconveniente es que sin una identidad no tienen derecho a escolarización y es lo que les lleva a seguir en la calle. «Hicimos lo que pudimos en aquel momento, registramos a todos los niños que quisieron», explica Valero.

Tuvieron que volver pero las ganas de continuar trabajando en Calcuta no desaparecieron y tras muchas negociaciones llevadas a cabo por la coordinadora de la organización, Lara Rodríguez, con instituciones de la India encontraron la fórmula para seguir adelante. Consiguieron una pequeña escuela que había cerrado por falta de financiación para dar clase durante la mañana y además les permitieron utilizar el establecimiento como centro social durante la tarde, una idea que siempre habían querido realizar.

Fueron tiempos difíciles en el aspecto económico pero finalmente reunieron la cantidad suficiente para abrir sus puertas. Compraron todo tipo de material escolar para los niños, así como uniformes para todos y se hicieron con los exámenes oficiales que son imprescindibles adquirir para poder pasar de curso.

En la actualidad seis profesores y dos colaboradores trabajan diariamente en este centro para que ninguno de los 160 niños que asisten a clase se quede sin una oportunidad. Lo principal es conseguir la alfabetización total de todos y una enseñanza mínima en distintas materias para que puedan «valerse por sí mismos cuando sean adultos».

Como centro social, imparten talleres de jardinería, reciclaje y expresión corporal, proyectan películas todos los viernes para reunir a las familias e imparten clases de apoyo a los alumnos que van más retrasados. Además siguen adelante con el proyecto que les llevó a Calcuta, Lápices Digitales, en el que mezclan ofrecen clases básicas de alfabetización a través de un programa informático.

De forma paralela a la escuela, Lights of Hope desarrolla el programa Vagamundos de voluntariado en Calcuta y llevan a cabo otras actividades como el Campamento Médico que celebraron el pasado verano de 2011 con el fin de llevar personal sanitario al barrio en el que trabajan para detectar posibles enfermedades y prevenir otras.

Libro y colaboración.Lo último que tienen entre manos este grupo de andaluces solidarios es la publicación de El libro de las letras perdidas, una obra que tiene por objetivo recaudar fondos para su proyecto en Calcuta y servir además de libro de cuentos para sus alumnos. Los usuarios tienen la posibilidad de colaborar en la edición de este libro a través de www.ros.es y conocer más detalles de su contenido.

La colaboración económica es imprescindible pero también lo es el conocimiento y por eso invitan a todos los interesados en participar con Lights of Hope a conocer la labor que realizan en Calcuta y a entrar en contacto con sus coordinadores para recibir más datos, a través de su página web.