Cuarenta y ocho horas han bastado para llevar la destrucción a una parte importante de la provincia. Campos negros hasta donde alcanza la vista, antiguas casas pintadas de blanco con las marcas del humo manchando sus paredes, el gris de las cenizas cubriendo coches y calles, pero, de vez en cuando, un pequeño oasis verde que, sin saber cómo, se ha salvado de la devastación y destrucción del fuego.

Una parte importante del interior de la Costa del Sol ha quedado reducida a cenizas. Se calcula en algo más de 5.000 hectáreas afectadas y con más de 40 kilómetros de profundidad. Un desastre natural que tardará décadas en recuperarse, con mucha paciencia y con la esperanza de que la Naturaleza responda mejor que los humanos.

Con casi la certeza de que ha sido un fuego provocado, muchos malagueños acudieron a la zona afectada para ver con sus propios ojos los campos quemados que mostraban las fotos de prensa. La desolación del campo, que se acercaba más a un escenario de una película de ciencia ficción, dejó a muchos de los curiosos sin palabras.

Los desalojados, que han vivido algunas de las peores horas de su vida, envueltos en la incertidumbre sobre qué sería de su vivienda, volvían con negros presagios a las casas que tuvieron que abandonar con prisa y miedo. Algunos respiraban con alivio al comprobar que sus propiedades seguían en pie. Otros se encontraban con la desesperación por perder gran parte de sus recuerdos y de sus pertenencias por un fuego destructor y ciego.

Pero que lo peor del incendio hubiera pasado no significó que la alerta y los esfuerzos se relajaran. Los retenes continuaban trabajando sin descanso para revisar que no hubiera focos latentes, controlar el fuego por Ojén y Monda, donde permaneció batallados hasta bien entrada la tarde, y terminar de extinguir un incendio que dejará marcado en negro la historia de la Costa del Sol.

Ahora queda investigar, buscar al culpable de este desastre y trabajar en la recuperación de los parajes, con sus especies autóctonas y toda la riqueza botánica anterior. Para otros, será momento de reconstruir sus vidas tras ser arrasada su vivienda por el fuego, intentando recuperar lo poco que hayan podido salvar. Pero en todos quedarán en el recuerdo las 48 horas en las que ardió la Costa del Sol.