La crisis económica que nos asola desde hace ya cuatro años comienza a hacer mella en la salud física y mental de la sociedad. Y los enfermeros no son una excepción. El sector está agotado, ya que los recortes en sus sueldos y en las contrataciones, sumadas al aumento de horarios -37,5 horas a la semana- les están haciendo padecer estrés: más trabajo, menos sueldo y peor calidad asistencial, según se desprende del estudio Percepción de estrés en los profesionales de enfermería en España, elaborado por el sindicato Satse.

El 84% del personal de enfermería hospitalaria pública padece estrés por sobrecarga de trabajo, una situación que ha aumentado con los recortes presupuestarios practicados en el ámbito sanitario y que ha repercutido en la seguridad y en la salud del paciente.

Los más de 1.170 encuestados consideran que la sobrecarga de trabajo ha empeorado su atención a los clientes, y un 62% considera estar «quemado», lo que se conoce como síndrome de Burnout. Ocho de cada diez alegaron tener trastornos del sueño y tensión muscular, mientras el 40% reconoció tener problemas sexuales. El 90% admite que la situación les ha desbordado.

El secretario de acción sindical de Satse Málaga, Francisco Baez, explicó que para que el usuario estés satisfecho por el servicio recibido, el profesional debe estarlo y para ello, sus condiciones laborales deben ser saludables. «Los enfermeros están desmotivados, insatisfechos, y esto provoca la deshumanización en los cuidados de los pacientes», explicó.

De este modo, Baez informó de que tras conocer los resultados, el sindicato ha decidido monitorizar a los profesionales para hacerles un seguimiento, actualizar la guía de prevención de estrés sí como celebrar unos talleres para que aprendan a afrontar el estrés.

Por su parte, el responsable de formación, José Luis Navas, señaló que el 65% del personal encuestado tiene entre 10 y 20 años de experiencia, lo que es importante para los resultados, puesto que son personas que han conocido otras realidades laborales y no solo los tiempos de bonanza.

El informe, que se hizo en el mes de julio para distanciarlo del día a día y tratar de objetivizarlo, ha determinado que la situación de estos profesionales de la salud no solo redunda en su calidad de vida, sino que lo hace también en la de los pacientes, ya que un 51% cree que la atención en su unidad ha empeorado.

Además, aseguran que sienten la presión de los usuarios, que aspiran a disfrutar de la misma atención que antes de que comenzara la crisis económica y que no se adaptan a la actual escasez de recursos.