Empresa y comité se han dado una tregua a la hora de negociar las medidas de ajuste para el año próximo, con el visto bueno de los privados y del Ayuntamiento. El motivo fundamental es que deberá haber nuevas elecciones sindicales el 31 de octubre. Las últimas fueron impugnadas por un sindicato al que se le negó la posibilidad de presentarse y un juzgado le ha dado la razón y ha obligado a repetir aquel proceso electoral de hace dos años. La convocatoria ha sido fijada para el 31 de octubre.

Será el comité de empresa que salga de dichas elecciones el encargado de negociar con plena representatividad los ajustes que plantea la empresa. La cuestión es clara, el actual comité, con los días contados, no se encuentra con legitimidad para negociar y prefiere pasar esa patata caliente a los que salgan el 31 de octubre. La empresa también desea poder pactar con unos representantes que tengan el respaldo de la plantilla.

A pesar de ello, un problema añadido es la dispersión del voto cada vez mayor en Limasa. Cada vez son más los sindicatos y colectivos sindicales que aspiran a tener representación entre los trabajadores. El actual comité de empresa está formado por representantes de siete sindicatos. Para las elecciones del 31 de octubre el número puede aumentar pues hay un nuevo sindicato al que el juzgado ha reconocido su derecho a presentarse y así lo hará. Veremos los resultados.