Aulas vacías y las calles llenas. El día de ayer sirvió para que los estudiantes malagueños dejaran patente que están en contra de los recortes y que consideran que las políticas de ajuste del Gobierno son un ataque a la educación pública. La segunda jornada de huelga convocada por el Sindicato de Estudiantes, con el apoyo de la Marea Verde y de otros sindicatos, tuvo un seguimiento aún mayor que la primera. En torno al 90% de los alumnos de tercer y cuarto de la ESO, Bachillerato y Formación Profesional faltaron ayer a clase y tomaron la calle en una manifestación masiva que se echó a andar en el Edificio Negro y terminó en la sede del Rectorado de la UMA.

Las proclamas y pancartas eran claras y evidentes. Algunas superaban el límite de la corrección. El ambiente, festivo. No se registró ningún tipo de incidente. Y las reivindicaciones muy claras. Los estudiantes pedían la dimisión del ministro José Ignacio Wert, el que, según ellos, les ha subido las tasas de las matrículas, ha endurecido los criterios académicos para poder acceder a una beca de estudios, ha masificado las aulas, ha despedido a 5.000 profesores en toda España, obliga a los que conservan su puesto de trabajo a dar más clases y, en definitiva, perjudica con sus decisiones la calidad de la educación y compromete su futuro.

Y lo que queda, con la reforma educativa que plantea, y que ahora está en fase de borrador, una ley que los estudiantes consideran que significaría volver a la educación del franquismo.

Unas 5.000 personas participaron ayer en la marcha, aunque según los convocantes superaron los 10.000. Todo un éxito, aseguraba Rubén Fernández, portavoz del Sindicato de Estudiantes en Málaga. La policía -que protagonizó un importante despliegue a lo largo de todo el itinerario, en especial ante la fachada del Rectorado, con una cadena formada por una veintena de agentes-, sin embargo, rebajó la cifra a unos 2.000 manifestantes.

Los estudiantes también piden a los sindicatos mayoritarios la convocatoria de una huelga general para el próximo 14 de noviembre. «Creemos que es muy importante que se produzca», consideran los alumnos.

La consejera de Educación, Mar Moreno, afirmó ayer que el segundo día de la huelga de los alumnos de Educación Secundaria en Andalucía había sido secundado por el 75% de los estudiantes andaluces, algo que a su entender es «es muy notable y que a todos nos tiene que conducir a reflexionar». Moreno hizo un llamamiento al Gobierno del PP pidiéndole «moderación y diálogo» en materia educativa. En este sentido, consideró que «no es con descalificaciones como se consigue mejorar las cosas», ya que «hay muchas declaraciones desafortunadas que, además, están crispando el ambiente», refiriéndose al ministro Wert.

Además, señaló que «el PP no puede pretender su programa de máximos, que responde más bien a los impulsos y los deseos de la parte más conservadora del Partido Popular en educación».

«Con moderación, diálogo y huyendo de las descalificaciones tenemos todos que arremangarnos y ponernos a trabajar por una escuela pública que conserve su capacidad para cambiar la vida de las personas, para generar igualdad, para avanzar en calidad y superar los retos que tenemos por delante, pero sin dejar a gente en el camino y sin expulsar a miles de jóvenes, como se puede producir si procede a la reforma», indicó.