Después de un año sin respuesta de su banco, del que es cliente desde hace 22 años, a José Luis Cantalapiedra no le ha quedado otra opción que pedir a su abogado, Alfredo Martínez, delegado de Málaga de Ausbanc, que solicite el embargo del depósito del Banco Popular en el Banco de España para recuperar unos 21.000 euros.

Se trata de la suma de lo que se ha gastado en el juicio contra el banco y lo que ha perdido por un producto financiero llamado swap que el Banco Popular le regaló diciéndole que era un seguro, sin más explicaciones.

Todo empezó hace cinco años, cuando José Luis Cantalapiedra, un empresario bilbaíno afincado en Alhaurín de la Torre hace 25 años, recibió una llamada del antiguo Banco de Andalucía, hoy fusionado con el Banco Popular, ofreciéndole unificar varias operaciones de la sociedad que preside, con una garantía hipotecaria de su casa.

El empresario debía pagar al mes una cuota de 3.800 euros, que todavía hoy paga religiosamente. «Firmamos la operación en el notario y posteriormente, me invitan a la oficina porque me van a regalar un seguro que me iba a garantizar un tipo de interés constante. Y lo acepté, no podía pensar, después de tantos años de relación, que habría nada oculto», explica. El empresario, por cierto, firmó la aceptación de ese seguro regalado, en el banco pero no en el notario.

Todo marchó bien hasta que a los nueve meses, le llegó un cargo de más de 600 euros por este seguro, a los tres meses otro de 3.000 euros y poco después, un tercer cargo extra de 3.800 euros. «Fui a ver qué pasaba y entonces me dicen que había firmado un swap, era la primera vez que oía esa palabra. Cuando le digo que me quiten ese swap me dicen que tengo una penalización de 38.000 euros», detalla.

Como detalla Alfredo Martínez, delegado en Málaga de Ausbanc y abogado en la causa del empresario contra el Banco Popular, el swap es «totalmente un producto tóxico», ofrecido por los bancos en los tiempos en los que subía mucho el euríbor. «Te protegen de la subida del euríbor pero cuando este baja, el cliente tiene que pagar liquidaciones brutales. En realidad lo que hacen es proteger a los bancos de la bajada del euribor».

Alfredo Martínez señala que estos swap se ofrecieron además conociendo los bancos -por informes oficiales de 2007 y 2008 del BBVA y el Banco de España- que el euribor bajaría a corto plazo. «El problema es que el euribor bajó más de lo que esperaban y los consejos de administración se plantearon si devolver el dinero a miles de clientes o esperar las demandas, que es lo que han hecho».

En el caso de José Luis Cantalapiedra, el delegado de Ausbanc se muestra muy crítico con el Banco Popular, «porque hay mala fe, además de falta de información, eran conscientes de que que vendían un producto tóxico a los clientes».

El regalo del banco se volvió un regalo envenenado y tras contactar con Ausbanc, el empresario llevó a juicio al Popular. En noviembre de 2011 la Justicia le dio la razón. El Juzgado de Primera Instancia número 7 de Málaga declara nulo el contrato de swap y condena a la entidad bancaria a devolverle todo el dinero pagado por este contrato, así como a pagar las costas del juicio. En total, unos 21.000 euros.

«En el juicio se demuestra que no me dijeron nada del swap y tampoco pudieron explicar en qué consistía, a preguntas de mi abogado», explica José Luis Cantalapiedra, que añade que, a raíz de la sentencia «toman la decisión de no mandarme ningún extracto bancario, yo no tengo comunicado de lo que pago o no pago», algo que para su abogado de Ausbanc «es absolutamente ilegal».

José Luis Cantalapiedra también critica el hecho de que, sin petición alguna del Popular, el juzgado de Málaga prorrogara en dos ocasiones el cumplimiento de la sentencia. Un año más tarde, el Banco Popular sigue con la callada por respuesta y al no obedecer esta sentencia, que nunca recurrió, ha sido multado además con el 50% de la cantidad estipulada.

Durante esta semana, este diario se ha puesto varias veces en contacto con los servicios de prensa del Banco Popular pero finalmente la entidad ha decidido no hacer declaraciones. Alfredo Martínez dice no entender el comportamiento judicial del Popular. «En Málaga llevamos 250 pleitos de swap y es la primera vez que no recurren la sentencia», confiesa.

Para el abogado y representante en Málaga de Ausbanc, pedir el embargo del depósito de la entidad bancaria en el Banco de España «es una forma de sonrojar al banco frente al Banco de España, que tiene una función supervisora del sistema bancario». El empresario de Alhaurín de la Torre, que ha tenido que llegar hasta el Banco de España, quiere que su caso sirva para alertar a la gente de prácticas bancarias nada éticas.