El campo malagueño ha salvado los muebles en 2012 gracias a la cosecha récord del olivar -cifrada en más de 94.500 toneladas- y en la fortaleza del segmento de las subtropicales, sobre todo el mango y el aguacate. La facturación final agrícola y ganadera en Málaga se sitúa así en un total de 713,4 millones de euros, lo que supone una subida del 14% en relación al ejercicio anterior. Bien es cierto que en el 2011 fue pésimo y que no era difícil superarlo, según reconoció ayer el presidente del colectivo agrario Asaja Málaga, Carlos Blázquez, pero también lo es que el sector, pese a todas las dificultades, sigue adelante contra viento y marea en un año que ha sido «muy duro». Tanto por la crisis económica como por las inundaciones del pasado 27 y 28 de septiembre, cuando el desbordamiento del río Guadalhorce dejó daños en cultivos y e infraestructuras agrícolas valoradas en 20 millones de euros.

En el caso del olivar, Blázquez recordó que este cultivo, centrado en la comarca de Antequera y la Axarquía, facturó 183,8 millones de euros, con una subida del 67% con respecto al ejercicio anterior-. La mayor parte, 165 millones, correspondió a aceite y otros 18,3 millones fueron para la aceituna de mesa. Los precios del kilo de aceite en origen han rondado los 1,75 euros y la esperanza de Asaja es que la tónica siga en ascenso tras una desastrosa coyuntura de precios que dejó a los productores por debajo del umbral de rentabilidad. Desde 2006, cuando el aceite tocó un máximo de 3,3 euros el kilo, los precios no han hecho sino bajar.

En cuanto al mango, mayoritario de la Axarquía, los resultados fueron de 16.000 toneladas y una facturación de casi 13 millones de euros, un 33% más que el año pasado. El presidente de Asaja confirmó que se trata de un producto con mucho futuro aunque el rey de los subtropicales axárquicos sigue siendo el aguacate, que con 42.000 toneladas deja unos ingresos para los agricultores malagueños de más de 60 millones de euros. La Axarquía se consolida de este modo como «referente europeo en el cultivo de los tropicales y en su posterior venta en los principales países europeos», señaló. Según Asaja, no queda por fortuna ni rastro del daño de imagen de la famosa «crisis del pepino» en mayo y junio de 2011, cuando en Alemania se acusó falsamente a productos españoles -y malagueños- de portar el brote infeccioso de la «E. coli».

Blázquez también destacó los casos del tomate que, a pesar de la dura competencia del marroquí, ha conseguido subir su facturación un 21% hasta los 40,3 millones de euros, y de los cítricos que, gracias a la recuperación de precios en el limón, suben un 25% su facturación hasta los 37,5 millones.

Sectores que han sufrido por la climatología -que hasta el otoño fue extremadamente seca- son la castaña, que redujo un 50% su producción y facturó menos de dos millones de euros, o el corcho, que pasó de una producción de 4.000 toneladas en 2011 a una de 1.100 en este ejercicio. Los cultivos herbáceos, con 65.000 hectáreas en la provincia, también cayeron por esta causa un 35% y no llegaron a los 20 millones de facturación.

La ganadería aumentó sus ventas un 18,7% y suma este año 182,4 millones. Sin embargo, Blázquez aseguró que las cifras no son tan positivas ya que los costes de producción -sobre todo el precio del pienso- han subido aún más «por lo que la rentabilidad, en la mayoría de los casos, sigue siendo nula».

Asaja aprovechó para denunciar que aún están esperando las ayudas prometidas por parte de la Administración central y andaluza y criticó que se haya puesto como condición a los afectados que tuvieran que presentar su correspondiente seguro. «Eso es algo que no está implantado en el sector agrícola y ganadero de España. Tendrían que bajar los precios. Las condiciones para la cobertura de los daños son tan altas, que no tiene sentido tenerlos», dijo. El efecto positivo de las lluvias, por supuesto, es que la mayoría de los agricultores se aseguran agua para, al menos, dos años.

De los robos al cambio de jaulas para gallinas. Los agricultores se siguen quejando de la gran cantidad de robos que vienen sufriendo e insisten en que más que robos de subsistencia -que toda la vida los ha habido- se trata de hurtos perpetrados por bandas criminales que luego se lucran vendiendo lo robado en puestos ilegales de mercadillos y chatarrerías. Asaja solicitado más presencia de la Guardia Civil en el campo y mayor vigilancia en estos puestos ilícitos de venta. Los robos incluyen tantos productos del campo como utensilios e infraestructuras tales como cables, transformadores, riegos o gasoil.

Por otro lado, y como nota curiosa, Blázquez destacó el quebranto que les ha causado este año el cambio de la normativa europea de producción de huevos, que ha obligado a los ganaderos a cambiar las instalaciones de producción avícola. «Hemos tenido que cambiar todas las jaulas y luego hemos visto como se han instalado en Marruecos, que exporta huevos a la UE», lamentó.