El proyecto del metro se acerca a una encrucijada de difícil resolución. La Consejería de Fomento avanza en la redacción del proyecto para ejecutar el último tramo del suburbano en superficie, apostando por una solución tranviaria que incluye la peatonalización de la Alameda y reducir de forma drástica los carriles para el tráfico privado. Sin embargo, el Ayuntamiento de Málaga se niega en rotundo a aceptar esta opción e insiste en que el proyecto debe terminarse con su trazado soterrado hasta La Malagueta, como está consensuado desde 2003.

Esta diferencia de opinión parece insalvable cuando empieza una cuenta atrás para la inauguración de la primera fase del metro de Málaga en menos de un año y se amplíe hasta el Guadalmedina para finales de 2014. Estos plazos aportan cierta urgencia para clarificar el futuro del último tramo del metro de Málaga, precisamente el clave para asegurar la utilidad y viabilidad de una infraestructura que ya ha consumido más de 500 millones de euros y que va camino de cerrar su presupuesto final de ejecución en cerca de 800 millones de euros.

El delegado de Fomento, Manuel García Peláez, insistió ayer en que todavía hay tiempo para llegar a un acuerdo, que en su opinión pasa por cambiar el proyecto y optar por una opción de trazado en superficie, más barata y fácil de ejecutar.

García Peláez recuerda que la situación económica actual aconseja optar por esta alternativa, que con el mismo presupuesto para ejecutar dos kilómetros soterrados (unos 200 millones) se podría acometer el trazado hasta El Palo en superficie.

El concejal de Movilidad, Raúl López, expresó la opinión contraria del Ayuntamiento de Málaga a este cambio de proyecto, algo que lleva reiterando desde que el viceconsejero de Fomento, José Antonio García Cebrián, planteó el cambio de criterio de la Junta al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, en octubre pasado.

No obstante, Raúl López afirmó que colaborarán con la Consejería de Fomento «con toda la documentación que nos pidan» para elaborar el proyecto del trazado del metro en superficie y reiteró el compromiso de estudiar la propuesta definitiva. Eso no quita que reconozca que la posición municipal no cambia y que la única opción posible es que discurra soterrado. En su opinión eso aseguraría, además de facilitar la reordenación del tráfico, que el túnel fuese compatible con la futura ampliación del Cercanías hasta la plaza de la Marina y su hipotética ampliación a Vélez Málaga.

Con esas dos posiciones enfrentadas «pero cordiales», como señaló ayer el delegado de Fomento, el proyecto del metro se enfrenta a un periodo de incertidumbre sobre la ejecución del último tramo. Llegar a La Malagueta permitirá al suburbano mover unos 20 millones de pasajeros al año, cifra que se considera aceptable para asegurar la viabilidad económica de esta infraestructura y no ahogar con sus costes a las administraciones, que tendrían que subvencionar el alto coste del billete para hacerlo accesible al usuario.

Avance de la propuesta. La Consejería de Fomento presentó ayer un nuevo avance del proyecto del trazado del metro en superficie al Ayuntamiento de Málaga. Fue durante la comisión técnica de seguimiento, en la que estuvo presente el director gerente de la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía, José Antonio Tallón Moreno.

La documentación aportada se limitó a unos planos en los que se detalla el diseño de las vías y el trazado propuesto en superficie, que discurriría por el carril central de la Alameda, aunque pegado a los quioscos de flores del lado sur. De este modo se deja más espacio en el centro para uso peatonal. El recorrido continúa por la plaza de la Marina, donde habría una parada, y el Parque. En este caso, las vías se comerían ocho metros de calzada (algo más de dos carriles) del lado norte. Fomento ha incorporado una nueva parada que sería frente al Ayuntamiento de Málaga y continúa el recorrido hasta el paseo de Reding rodeando por el norte la rotonda del General Torrijos, con la última parada situada frente a la plaza de toros de La Malagueta, haciendo esquina con la calle Cervantes.

La propuesta que acompaña al metro en superficie (o tranvía) consiste en peatonalizar la Alameda Principal de forma completa, incluidos los viales laterales. Sólo quedaría un carril por sentido «para servicio, acceso de los vecinos y emergencias», apuntó García Peláez.

El delegado de Fomento justificó la idoneidad de eliminar el tránsito de vehículos por la Alameda para fomentar el uso del transporte público. Además, recordó que «el 70% de los vehículos que pasan por la Alameda en hora punta son viajes en tránsito y la mitad de los trayectos en hora valle». En este sentido, consideró que la peatonalización permitirá desviar el tráfico «por vías periféricas», como la Alameda de Colón -«que está al 20% de su capacidad», afirmó el delegado de Fomento-, Muelle de Heredia y el Paseo de los Curas.

Plazos y tiempos de uso. García Peláez adelantó que el estudio sobre la propuesta en superficie aborda el posible retraso que ocasionaría en los trenes al circular en superficie, que obliga a utilizar una velocidad más lenta. Así, apuntó que sólo se tardarían «70 segundos más entre Guadalmedina y La Malagueta respecto al trazado soterrado». Además, aseguró que ese tiempo se recupera con el ahorro que tiene el usuario al no tener que bajar a una estación subterránea y que calculó en unos dos minutos.

La Junta de Andalucía espera presentar el proyecto definitivo del trazado en superficie en abril de 2013 y a partir de ese momento buscará el consenso con el Ayuntamiento.