La crisis está obligando a todos los hogares a apretarse más que nunca el cinturón en esta Navidad aunque la situación es extremadamente delicada para los cerca de 90.000 desempleados malagueños que, además de no tener, trabajo, no cuentan con ningún tipo de prestación, bien por haberlas agotado ya bien por no haber tenido todavía ningún empleo y no haber generado ese derecho. Según los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, ahora mismo son algo más de 121.000 malagueños los que vienen cobrando alguna de las ayudas existentes -prestación contributiva, subsidio, renta de inserción o ayuda agraria- a los que hay que sumar los 12.500 beneficiarios de los 400 euros de Plan Prepara, aunque alguno de ellos también lo haya finalizado ya. En la provincia de Málaga hay ahora mismo un total de 214.050 parados, lo que deja a casi un 45% de desempleados completamente desprotegidos ante el drama del paro.

La enorme duración de la crisis -ya son cinco años desde que empezó- es la principal causante de esta triste situación, ya que son muchos los que perdieron su empleo hace ya varios años y no han podido reengancharse al mercado laboral. Como ejemplo, cabe recordar que las cifras de parados sin cobertura son muy aproximadas a la de los parados calificados técnicamente como «de larga duración»: en Málaga son exactamente 91.688 las personas que llevan inscritas en las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) más de doces meses, el plazo técnico que los hace acreedores de esta ominosa calificación. La cifra de parados de larga duración se ha multiplicado por tres desde que empezó la crisis, algo lógico teniendo en cuenta que por aquel entonces el desempleo en Málaga se movía mes a mes en el entorno de las 75.000 personas.

Lo peor de todo es que las cifras de parados de larga duración no dejan de subir, reflejando que el mercado laboral es incapaz de absorber a estas personas, incluso en los meses de verano. A lo largo de este 2012 son 1.120 personas al mes las que se han ido sumando a este colectivo en Málaga, pese a la entrada en vigor de una reforma laboral que, de momento, no ha conseguido incentivar las contrataciones. Todo lo contrario. Según denuncian los sindicatos y parte de la oposición, la reforma tan sólo ha servido para disparar los despidos gracias a la generalización de las indemnizaciones de 20 días por año trabajado. Los últimos datos conocidos revelaban que los despidos improcedentes llegados a los juzgados en Málaga han subido un 16% en este 2012 mientras que los ERE, para los que ya no se necesita la preceptiva autorización administrativa de la Junta de Andalucía, se han disparado un 108%. Algunos expertos ya advirtieron cuando se puso en marcha la reforma laboral de que uno de sus efectos perversos podía ser que las medianas y grandes empresas la utilizaran como un recursos para «limpiar» sus plantillas.

Las expectativas, además, no son nada halagüeñas ya que todos los analistas coinciden en que el año 2013 que ahora encaramos tampoco traerá una creación neta de empleo. Basta recordar que la regla de oro de los economistas es que se necesita crecer a un ritmo del 1,5% para generar puestos de trabajo, algo que no ocurrirá en el próximo ejercicio, donde las primeras previsiones hablan de un mantenimiento de la recesión.

Fin del Prepara Otro jarro de agua fría lo constituye el anuncio realizado hace unos meses por el Gobierno de que no habrá más prórrogas para el plan Prepara, la última tabla de salvación a la que se venían agarrando los parados y que les permitía cobrar de forma excepcional 400 euros durante seis meses. El Gobierno le dará carpetazo en febrero de 2013. tras haberlo prorrogado por última vez el pasado mes de agosto, endureciendo además las condiciones de acceso. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, alegó que al Prepara no se ha revelado como un programa eficaz de recolocación laboral. Dos terceras partes de los beneficiarios del programa a nivel nacional (307.029) no consiguieron ninguna colocación en el mercado laboral. Sólo el 18% obtuvo una colocación mayor a dos meses. En total, la media de ocupación en los 180 días de duración de la prestación fue de 25,12 días por beneficiario. Y menos del 1% de los beneficiarios obtuvo un contrato indefinido.