Frente a los artistas de guante blanco se encuentran los más inocentes. Si los primeros gozan del respeto de la policía, los últimos se quedan en la anécdota para contar a los nietos y en la sorna que resuena durante días en los pasillos de las comisarías. Y es que algunos ladrones, estafadores o incluso narcotraficantes no son capaces de controlar su torpeza

Reincidente y sin maña

Se suponía que a sus 58 años era una artista del hurto mágico, pero un montón de denuncias la señalaban como más que probable sospechosa. Finalmente fue detenida e identificada como una mujer a la que le constaban 160 detenciones por toda España, donde sumaba más de cuarenta identidades falsas, por delitos y faltas de hurto por el método del cambiazo. El hurto mágico consiste en entrar en una tienda, coger dos prendas de vestir de poco valor y abonarlo con un billete de 100 euros y, una vez conseguida la vuelta, llevarse el billete de cien euros.

El error de la mamá fugitiva

En septiembre, una holandesa en apuros llamó a la grúa, pero tras una discusión con el operario se negó a pagar la factura. El gruista, indignado, avisó a la Policía Local y a los agentes les saltó las alarmas al introducir el nombre de la mujer en la base de datos. Sobre ella pesaba una Orden Europea de Detención y Entrega por reclamación judicial de Holanda después de que en junio hubiera secuestrado a sus hijos, de cinco y tres años, cuando se hallaban internados en un centro de custodia por orden de la Corte de Leeuwarden.

Una década de mentiras

Un hombre de 52 años fue detenido a principios de año en Chilches por usar una identidad falsa. La investigación reveló que era la de su excuñado y que la venía usando desde hacía al menos diez años. Una vez identificado, la policía comprobó que tenía en vigor una orden de búsqueda y detención e ingreso en prisión de la Audiencia Provincial de Madrid desde 2002 por un delito contra la salud pública. A esos cargos los agentes sumaron los de usurpación de estado civil del hermano de su expareja. Esta era la identidad que utilizaba en su trabajo como comercial de una empresa de electricidad.

Por no pagar la multa

Tenía 58 años y ningún antecedente, pero se le ocurrió denunciar la existencia de duplicidad de las placas de matrícula de un vehículo de su mujer tras recibir una multa por exceso de velocidad. Los hechos que motivaron la sanción ocurrieron a mediados del mes de septiembre de 2011 en una carretera nacional de la zona norte de España, donde según el ofendido el vehículo no había circulado ya que en esas fechas se encontraba con su familia en otro lugar de la península. La investigación policial determinó la falsedad de la denuncia y que la motivación que habría llevado a este hombre a urdir la historia sería la de evitar el pago de la infracción de circulación. Fue detenido en abril.

Un interés muy sospechoso

Hace menos de un mes, Vigilancia Aduanera confiscó una barquita de madera en Benalmádena por navegar de noche sin luces y sin papeles. La embarcación fue entonces enviada al depósito judicial. Poco después, cinco personas se presentaban para recuperar la barca ofreciendo insistentemente más dinero de lo que realmente costaba pagar las infracciones. Esto levantó las sospechas de los agentes, que dejaron que se llevaran la barca para sorprenderles después extrayendo hachís de un doble fondo de la misma.

Un golpe de furia muy caro

Un conductor que circulaba por la calle Montalbán de la capital arrolló a un perro que iba suelto de forma fortuita mientras aparcaba. Cuando salió del coche vio a un hombre gritando que abandonaba el lugar con un animal en brazos. El conductor dejó estacionado el auto para realizar una gestión laboral. Cuando regresó encontró las cuatro ruedas rajadas y los cristales rotos, por lo que llamó a la Policía Nacional. Minutos después, el dueño del perro fallecido fue detenido como presunto autor de un delito de daños en el vehículo.

Amor por los novecientos

Dos cacos se introdujeron en el cuarto de los ascensores de una comunidad de Torremolinos, aunque finalmente se llevaron unos elementos minúsculos. Concretamente, las tarjetas de telefonía que los elevadores tienen para las llamadas de emergencia. Según las indagaciones policiales, los arrestados las usaron para efectuar llamadas a números novecientos de tarificación adicional causando un perjuicio de tres mil euros a la comunidad de vecinos de la que uno de los arrestados era inquilino en el momento del robo. Ambos fueron acusados de robo con fuerza.

Engañado, apaleado y robado

Aunque este reportaje destaca los méritos de los detenidos, este apartado queda para la inocencia de una doble víctima. El primer incidente los sufrió la madrugada del 23 de octubre en Vélez Málaga, cuando el hombre, de cincuenta y tantos, conoció a una joven en una discoteca. Tras ganarse su confianza, accedió a acompañarla hasta un vehículo, pero nada más entrar en el coche fue asaltado por la misma mujer y por un varón que ya estaba dentro. Le golpearon, le quitaron la cartera y terminaron arrojándolo del vehículo en marcha, siendo arrastrado 500 metros. Fue hospitalizado e intervenido quirúrgicamente como consecuencia de las heridas. Durante su convalecencia, otra banda aprovechó su ausencia para robarle en casa.