­A primeros de mayo, después de muchas especulaciones, Juan Antonio Griñán elegía a los miembros del nuevo Gobierno andaluz. Entre ellos dos consejeros malagueños, Luciano Alonso, que repetía en el gobierno aunque cambiando de cartera ya que dejaba Turismo para ser el responsable de Cultura y Deporte, y Rafael Rodríguez que de manera sorpresiva fue elegido consejero de Turismo. Rodríguez, miembro de Izquierda Unida, llevaba varios años apartado de la primera línea de la actividad política después de haber sido durante dos mandatos concejal de IU en el Ayuntamiento de Málaga. Su nombramiento fue una sorpresa ya que todas las quinielas señalaban a Pedro Moreno Brenes como consejero, aunque finalmente el pacto PSOE IU en el Gobierno andaluz propició que fuese Rafael Rodríguez el elegido.