­La reforma laboral aprobada por el Gobierno el pasado mes de febrero ha supuesto un balón de oxígeno para muchos empresarios pero se ha convertido en una auténtica pesadilla para la inmensa mayoría de los trabajadores en nuestro país. De un plumazo han desaparecido derechos que parecían consolidados. Empleados que llevaban años trabajando en sus empresas se han visto en la calle de la noche a la mañana con una indemnización que en la mayoría de las ocasiones no llega ni a la mitad de la que le habría correspondido. El paro no deja de aumentar mes a mes y la situación de las empresas no mejora, aunque, eso sí, la factura de los despidos para ellas se reduce de forma considerable.

Lo más destacable de la reforma es el abaratamiento del despido, ya que desaparece la indemnización de los 45 días por año trabajado, que se reduce a 33. No obstante, en la práctica ésta apenas se aplica, ya que se facilita el uso del llamado «despido objetivo» o «despido por causas económicas», en virtud del cual la empresa solo tiene que declarar pérdidas o disminución de ingresos para indemnizar a sus empleados con 20 días por año trabajado. La reforma laboral permite además rebajar los salarios o las jornadas por razones económicas y facilita la aplicación de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), que ya no necesitan el visto bueno de la administración. Asimismo, introduce cambios en los convenios colectivos y crea un contrato de aprendizaje con ventajas para las pymes.

Más impuestos para cuadrar las cuentas

LAS NÓMINAS DE FEBRERO LLEGAN CON LA REBAJA Los ingresos se reducen con la subida del IRPF

Fue una de las primeras medidas que anunció el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuando asumió el cargo en los últimos días de 2011. Había que recaudar más y los primeros en notarlo serían los trabajadores, que verían un aumento en sus nóminas de la retención por el IRPF y, como consecuencia, una reducción de los ingresos. La medida empezó a aplicarse en la nómina de febrero, con una rebaja media a nivel nacional de 19 euros mensuales (228 anuales), que en el caso de Málaga, con salarios por debajo de la media del país, se reduce a 13,7 euros mensuales (164,5 anuales).

LOS RECORTES Y LA AUSTERIDAD SE IMPONEN El déficit del Estado se desboca

El objetivo del Ejecutivo socialista era cerrar el déficit en 2011 en torno al 6% pero la realidad fue muy distinta. A final de febrero conocimos que las CCAA habían incumplido con creces sus objetivos y llevaron el desequilibro presupuestario hasta el 8,51% del PIB. Posteriores revisiones lo han subido hasta el 9,4%, motivo por el que los recortes y la austeridad han sido la biblia del Gobierno durante este año.