La jornada más festiva, de ilusión y risas se truncó ayer a las 17.30 horas de la tarde, solo unos minutos después de que la cabalgata de Reyes comenzara. Un pequeño de solo seis años fallecía en el acto tras ser atropellado en el Paseo del Parque, en la curva de la Fuente de las Tres Gracias, por una de las carrozas del distrito de Cruz del Humilladero.

Según los testigos, el niño, llamado Miguel, se metió entre la furgoneta y la carroza para coger caramelos con otros dos pequeños, y ésta pasó por encima del primero, logrando los otros dos salir por la ayuda de varios adultos presentes. Las ruedas de la carroza pasaron sobre el pequeño, que murió en el acto a causa de un traumatismo craneoencefálico. Atrás, quedaba un charco de sangre en el que se empapaban confeti y caramelos.

Solo unos minutos después llegaba una UVI móvil del 061, que le hacía la primera valoración y lo entubaba, aunque poco después se confirmaba la fatal noticia. La sala del 061 recibió la llamada a las 17.29 horas y la UVI Móvil apenas tardó cinco minutos en llegar a la plaza General Torrijos, que estaba abarrotada de gente. Nada más llegar, los sanitarios continuaron en la calle las maniobras de reanimación cardiopulmonar que ya le estaban practicando al niño desde el momento de los hechos y después continuaron con la reanimación en el interior de la ambulancia.

Según fuentes de la Empresa Pública de Emergencias Sanitaria de Andalucía, los esfuerzos médicos fueron infructuosos, ya que todo parecía indicar que el pequeño falleció en el acto a consecuencia del traumatismo. Una vez que la jueza de guardia ordenó el levantamiento del cadáver, el cuerpo fue trasladado a las dependencias del Instituto de Medicina Legal de Málaga, donde se le practicará la autopsia.

El padre de Miguel, médico forense, presente en el momento del accidente, lo atendió en la ambulancia hasta confirmar la fatalidad. La madre del menor y su hermana, más pequeña, se iban poco después con más amigos y familiares.

La carroza del suceso se encontraba a la mediación de la cabalgata, y durante los primeros minutos, casi una hora, esta estuvo parada. Los niños que iban sobre ella, con las caras serias y asustadas, miraban al tendido sin saber muy bien qué había ocurrido. La policía rodeaba la carroza y ponía vallas de seguridad para evitar que nadie se acercara, para no estropear pruebas ni tener que moverla.

El gentío, paralizado, continuaba expectante para saber si la cabalgata continuaría allí o no, ya que no se sabía aún cual era el estado del niño, que estudiaba en el colegio de El Limonar.

Según los organizadores de la cabalgata, la carroza -como el resto- iba escoltada por quince personas, con lo que aseguraban que lo ocurrido había sido un «fatal accidente imposible de evitar». Justo en ese momento, otro susto. Una pequeña de unos tres años se atragantaba con un caramelo. El padre la llevó en volandas hacia una dotación de la Cruz Roja, donde conseguían que la niña lo vomitase con varias maniobras y que el susto no llegara a más.

Poco después llegaban al lugar de los hechos el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, el concejal de Cultura, Damián Caneda, el edil de Seguridad, Julio Andrade, y la de Servicios Operativos y Cruz del Humilladero, Teresa Porras. Todos ellos, con caras compungidas, se acercaron a la ambulancia, aún presente allí, para interesarse por el estado del menor. El alcalde y Andrade entraban al habitáculo, donde estaban el niño, su padre y los médicos que lo habían atendido, que confirmaban el fallecimiento.

Tras esto, las autoridades decidieron bajar de la carroza de Cruz del Humilladero a los pajes cerca de una hora después. Las demás, paralizadas, sobrepasaron la misma tras el parón. Cabe resaltar que la carroza del rey Baltasar solo había avanzado unos metros en el Ayuntamiento, y estaba parada, junto a la de Melchor y Gaspar, frente a los jardines de Pedro Luis Alonso.

Reanudaron la marcha y los niños de las demás carrozas pasaban atónitos aún sin comprender lo que había pasado. Y es que nada presagiaba tan fatal noticia, en el día de más emoción para todos. Hasta dos horas después del suceso, no se conocía el desenlace.

Sin embargo, y en contra de lo que el sentido común pudiera decidir, numerosos padres continuaban allí con su hijos y estos miraban sin saber bien qué ocurría. La mayoría, con el cuerpo cortado, decidía irse a casa para olvidar la trágica tarde. De este modo, el túnel de la Alcazaba se convertía en una marea humana que huía del parque.

Un suceso «inevitable»

De hecho, numerosos testigos contaron a La Opinión de Málaga el suceso. Un hombre de unos 50 años aseguraba que había sido «inevitable». «Se han metido varios niños y los de la carroza no han podido evitarlo». Otra mujer, aseguraba que antes o después iba a ocurrir un accidente de tal envergadura. «No me extraña, hay niños que cogen los caramelos casi debajo de las carrozas».

Habían pasado varias horas y un Grupo de Investigación de Accidente de Tráfico de la Policía Local continuaba tomando imágenes, declaraciones a los testigos presenciales y tomando las oportunas mediciones, de hecho, uno de los testigos era la fiscal de guardia, que estaba con su familia viendo la cabalgata.

La carroza causante del atropello quedó inmovilizada y será trasladada a un depósito municipal por si es necesario hacer nuevas pruebas con posterioridad. En las próximas veinticuatro horas se remitirán al juzgado número 2 -el de guardia- las primeras diligencias, y tan pronto como sea posible se terminará el atestado.

El alcalde de Málaga informaba poco después, en la misma plaza del General Torrijos, que se habían decretado dos días de luto y que se suspenderían celebraciones como las cabalgatas de hoy Ciudad Jardín, Palma-Palmilla y Teatinos. «Nuestros pensamientos están con la familia, ya les hemos trasladado el pésame», afirmaba un compungido Francisco de la Torre.

Poco después, el Consistorio de la capital malagueña aseguraba en Twitter que la carroza contaba con las medidas seguridad precisas y la vigilancia de quince personas, doce de ellos voluntarios acreditados, dos de protección civil y un agente de la Policía Local. En otro mensaje, el Ayuntamiento explicaba que la Cabalgata «mueve decenas de miles de personas» y que modificar el recorrido «podría provocar problemas de orden público y seguridad, de ahí la decisión». También afirmó que el alcalde «pudo conversar con el padre del niño fallecido, quien expresó su voluntad de que la cabalgata de Reyes continuara».

Apoyo en las redes sociales

Las redes sociales volvieron a convertirse ayer en un altavoz vivo de lo que había ocurrido. Miles de personas dieron su pésame a la familia y mostraron su malestar, al igual que las instituciones, partidos políticos y organizaciones sociales. El tema fue uno de los más comentados del día en Twitter (trending topic). Pero lo que más comentarios suscitó fue que la cabalgata prosiguiera. Muchos apoyaron la medida, otros la criticaron. «Supongo que la cabalgata de Málaga debe continuar, sólo por la ilusión de miles de niños. Pero ha sucedido una desgracia. Abrazo a la familia», decía el malagueño Dani Rovira. «Las excusas del Ayuntamiento de Málaga para no suspender la cabalgata tras la muerte del niño son un insulto a la sensibilidad y la decencia», aseguró el periodista Juan Ramón Lucas. «Mi más sentido pésame a la familia del cío fallecido, atropellado por una carroza. Fatídico accidente», escribió el padre de la niña Mari Luz, Juan José Cortés. Por su parte el jugador del Valencia Soldado decía: «Me quedo de piedra al ver la noticia de la cabalgata de Málaga. Mi pésame a su familia y amigos». Pero ninguno de ellos tuvo que tomar la decisión, que siempre tendrá detractores y seguidores.