José María Troya (Olvera, 1952) acaba de recibir el Premio Nacional Aritmel de Informática 2012. Tras estudiar en la Universidad de Sevilla, se trasladó a la Complutense para hacer la especialidad. Desde 1988 está en Málaga, como catedrático, cuando se inauguró la anterior facultad de Informática. Se enorgullece de ser uno de los pocos que por aquel entonces ya estudiaba informática en la carrera. Y señala que, aunque sea necesario en todas las áreas, en la suya los temas de investigación van evolucionando muchísimo y hay que estar al día. «Aquí no se aburre uno», bromea.

¿Qué significa haber recibido este Premio Nacional?

Objetivamente es un reconocimiento dado por la asociación de todas las asociaciones de informática de España. No es un premio que sea para un tipo de informático que trabaje en determinados aspectos. Es general. Abarca todas las ramas, disciplinas y áreas de trabajo de Informática. Se creó hace ocho años y desde entonces se da todos los años. El premio Aritmel distingue las aportaciones científicas que se han hecho en informática.

¿Entiendo que también es un reconocimiento para la propia Universidad?

Así lo entiendo yo también, y es importante que sea así.

Sobre todo después de las críticas que ha recibido la Universidad y que ponían en tela de juicio de calidad docente e investigadora.

Esto siempre es un poco discutible. Se pone en duda el papel de la UMA, pero quién lo pone en duda, qué datos tiene para hacerlo... A veces se habla con suma ligereza. Cuando se opina de una institución hay que formarse bien y tener datos contrastados. Una opinión formada y crítica es buena porque permite avanzar. Si se critica, que se critique con conocimiento. Y en los últimos meses ha habido manifestaciones que no parecían estar demasiado formadas.

¿Estimula también recibir un premio en mitad de la vorágine de los recortes?

El premio me reconoce por mis actividades anteriores también a la crisis, porque son muchos los años que llevo dedicados a la investigación. Pero es cierto que sirve de estímulo, tanto para mí como para el grupo de investigación en general. Crea ilusión por seguir trabajando, aunque a mí no me hacen falta premios para ilusionarme.

¿Cómo están afectando los recortes en I+D+i en departamentos como el suyo?

Hay que tener en cuenta que en informática somos muy sensibles a los recortes, porque no dependemos de los equipamientos, sino que es muy intensiva en mano de obra. Los recortes afectan sobre todo a los contratos. Hemos tenido que cortar varios contratos y también tenemos menos becarios. Hemos llegado a tener 50 contratos y ahora no llegamos a 35.

En el caso de la UMA el daño puede ser doble, porque es una institución académica joven que destaca por la transferencia de conocimientos.

La informática siempre ha sido una de las disciplinas que más pronto hizo una transferencia tecnológica visible, a través de contratos de colaboración con empresas y con la OTRI. Como los recortes afectan especialmente a grupos como el nuestro, puede que esto perjudique más a la propia institución académica.

¿Si tuviera la oportunidad de hacer un aparte con el ministro Wert, qué le diría?

Afortunadamente no voy a tener oportunidad de verlo.

Haga un esfuerzo, aunque tenga que utilizar mucho la imaginación.

En primer lugar, le diría que estudie un poquito, en el sentido de que se habla mucho de que hay demasiadas universidades o que se gasta en exceso. ¿Hay ineficiencia en el sistema universitario español? Es posible. Pero si nos comparamos con otros países y comparamos también nuestros presupuestos, está claro que aquí no se tira el dinero. Los países que más invierten en investigación son los países líderes, así que ya depende de lo que cada país quiera ser. Si cree que recortando se van a arreglar los problemas del país está muy equivocado. Cada uno defiende lo suyo. En un mundo tan tecnificado y tecnológicamente dependiente es insensato disminuir en este capítulo.

¿En qué proyecto está trabajando en la actualidad?

Todos nuestros esfuerzos se centran en la apertura del Centro Andaluz de Investigación Tecnológica Informática (CAITI) en el campus de Teatinos, pero se ha complicado mucho la cosa. En este centro podrán trabajar medio centenar de investigadores del departamento de Lenguaje y Ciencias de la Computación y del grupo de investigación GISUM (Grupo de Ingeniería del Software de la Universidad de Málaga), que se encargarán de desarrollar tecnología aplicada y de llevar a cabo transferencia tecnológica a las empresas. Pero el Ayuntamiento aún no ha terminado de tramitar la solicitud de la licencia de utilización y también tenemos problemas con el suministro eléctrico. Me temo que hasta abril no podrá entrar en servicio. Aquello será un sitio para avanzar, pero si no estamos allí no podemos crear las herramientas para vendernos.