­Cuando la muerte te toma por asalto, sin casi avisar, con sólo unas semanas entre un diagnóstico fatal y el desenlace último, a la hora de escribir el obituario es posible que la anécdota adquiera un protagonismo que no corresponde a toda una vida de dedicación y devoción. Pero en el caso de Adolfo Díaz Rittwagen es particular y su nombre, desde el 4 de octubre de 1986, ha estado ligado a la coronación canónica de la Virgen de los Dolores. Y por muchos años que pasen, así seguirá siendo.

Un gran cofrade expiracionista perdía la vida en la noche del lunes, víctima de una repentina enfermedad que le tuvo ingresado en el hospital Clínico los últimos días. Ayer se celebraba la misa funeral en la iglesia del cementerio de San Gabriel y esta mañana iba a ser incinerado. La archicofradía de la Expiración también le dedicará una misa en San Pedro el próximo viernes, y la Virgen de los Dolores será vestida de luto, según avanzó el hermano mayor, Miguel Alfonso Gutiérrez. Un sencillo homenaje a alguien que dedicó su vida a la corporación y a las imágenes de su devoción. «Fue un amante de su cofradía toda su vida», destacó.

Y no sólo fue determinante en el periodo en el que le tocó dirigir la corporación. Lo hizo durante dos mandatos, entre 1984 y 1990. Pero con anterioridad fue la mano derecha de Enrique Navarro, cuando en la Expiración se hacían las cosas como decía Enrique Navarro y nada más que como decía Enrique Navarro. Y ejerció de hermano mayor sin serlo cuando el famoso comerciante enfermó.

Su hermano, Jaime Díaz Rittwagen, pintor naiff autor del cartel de la Semana Santa de este año, recuerda cómo prácticamente se inventó la coronación de la Virgen de los Dolores cuando en Málaga nadie sabía en qué consistía ese rito ni qué actos había que organizar. Ni siquiera a quién había que dirigir la solicitud ni en qué términos. Lo único que estaba claro y sobradamente probado era la devoción popular de la que disfrutaba la imagen y que la hacían merecedora de tan alta distinción. «Se nos ocurrió en un viaje a Sevilla a la coronación de la Esperanza de Triana», destaca el pintor. Había sido mayordomo de trono de la Virgen durante muchos años, propiciando también el relevo generacional y sustituyendo los hombres pagados por los alumnos del colegio de los jesuitas de El Palo.

En una reciente entrevista publicada por La Opinión de Málaga con motivo del 25 aniversario en octubre de 2011, el propio Adolfo Díaz reconocía que nadie sabía nada de coronaciones canónicas en ese momento, «pero todo salió bordado».

Adolfo Díaz Rittwagen. Nacido el 22 de enero de 1938 en Málaga.