Los pantanos de Málaga están prácticamente al límite de su capacidad, una situación que no se recordaba en la provincia desde hace doce años, pero este hecho también conlleva la obligación de desembalsar los pantanos como consecuencia de su elevado almacenaje y por motivos de seguridad. Así, se prevé que en estos días desagüen más de 20 hectómetros cúbicos, lo que supone un tercio del consumo que se registra durante un año en la capital malagueña. Esa es la cifra estimada para el sistema Guadalhorce junto al pantano Casasola.

Ante este panorama, el consumo de agua está asegurado para los próximos dos años y medio, con un consumo racional, según informaron fuentes de la Junta de Andalucía.

Solo el sistema Guadalhorce, que lo componen el Guadalhorce, Guadalteba y Conde de Guadalhorce, prevé desembalsar en las próximas 48 horas más de 18 hectómetros cúbicos con un caudal de evacuación aproximado de 108 metros cúbicos por segundo. El pantano de Casasola tiene previsto alcanzar un caudal de evacuación de 38 metros cúbicos durante 29 horas, tiempo en el que se estima que desembalsará cerca de cuatro hectómetros cúbicos.

Los datos facilitados por la institución pública son orientativos, ya que las previsiones podrán variar según las condiciones meteorológicas que se presenten en los próximos días.

Ante los últimos meses de lluvia, los grandes pantanos de la provincia están al 94 y 95 por ciento de su capacidad total, que se traducen en 592 hectómetros cúbicos almacenados sobre los 605 posibles. Ante esas cifras y la posibilidad de que la lluvia continúe presente durante este mes, desde ayer los pantanos de Guadalhorce, Guadalteba y Conde del Guadalhorce, Casasola, Limonero y Viñuela han abierto sus puertas para desembalsar parte de todo lo recogido en los últimos meses.

Hasta que no finalice el proceso de desembalse por parte de todos los pantanos y presas no se podrá conocer la cantidad exacta de agua arrojada al mar pero en un principio supera lo consumido en la ciudad durante cuatro meses, ya que Málaga capital consume durante un año unos 60 hectómetros cúbicos aproximadamente. La provincia en su totalidad hace un gasto de alrededor de 120 hectómetros cúbicos.

Recarga. La estampa de todos los embalses rozando el límite de su capacidad es una imagen que no se producía desde hace unos doce años en la provincia y la Delegación de Medio Ambiente ve con buenos ojos esta atípica situación ya que supone una importante recarga de cara a los acuíferos, pozos y veneros.

El impacto medioambiental es positivo ya que las cuencas de zonas más bajas se alimentan de estas grandes balsas de agua que casi alcanzan el insólito porcentaje del cien por cien.