La multinacional japonesa Fujitsu, con fábrica en el polígono del Guadalhorce desde 1977, reforzará en los próximos meses su apuesta por Málaga con un nuevo plan de inversión que supondrá la ampliación de las instalaciones y la asunción en exclusiva de uno de los grandes proyectos europeos de la compañía: la construcción, para todo el continente, de una generación de cajeros automáticos que utiliza el mapa de venas de la mano como elemento de identificación personal del cliente.

La firma, que celebra en estos días el 40 aniversario de su implantación en España, tiene previsto desembolsar antes del cierre de 2013 más de 13 millones de euros en Andalucía, donde, además de la planta de Málaga, cuenta con un centro de servicios de gestión remota. En este caso, en Sevilla.

En lo que se refiere a la fábrica del Guadalhorce, en la que trabajaban 340 personas, el plan de inversión, ya en curso, permitirá ganar alrededor de 4.300 metros cuadrados adicionales. Buena parte de ese espacio se dedicará a la fabricación de los nuevos cajeros, cuyo sistema de reconocimiento aumentará la protección de los usuarios frente a amenazas como la clonación de tarjetas. El nuevo movimiento de Fujitsu en Málaga generará, además, puestos de trabajo. Especialmente de perfil técnico, según resaltaron fuentes de la empresa.

De acuerdo con Ángeles Delgado, directora general de la firma en España, la intención del gigante japonés es hacer de Málaga un punto neurálgico de exportación de alta tecnología. Un extremo que confirmó el director de la planta, Masaki Hitotsuya, quien aseguró que actualmente el 80 por ciento de la producción local encuentra acomodo en mercados extranjeros como los del Reino Unido, Francia, Rusia o Turquía. «Seguiremos apostando por suministrar artículos de calidad desde Andalucía», indicó.

Los planes de la compañía fueron revelados a la prensa por Delgado durante los actos de celebración del aniversario, que contaron ayer con la presencia en la fábrica del presidente de la Junta, José Antonio Griñán. El mandatario andaluz hizo un recorrido por la planta, incluidas las alas en las que se fabrican las terminales de banca.

Fujitsu pretende sacar al mercado antes de final de año esta nueva línea de productos, que ya ha sido probada con éxito en países como Japón y Brasil, con alrededor de 10.000 unidades en funcionamiento. La multinacional se plantea en Málaga una producción anual de aproximadamente 3.000 cajeros; todos ellos, equipados con el sistema pionero de lectura que facilita información a partir de las venas y los movimientos de la sangre.

El buen resultado del modelo que se fabricará en Málaga ha llevado a Fujitsu a plantearse nuevas aventuras para esta tecnología, de la que también se pueden extraer usos sanitarios. Con la ampliación y la concesión del proyecto la compañía refrenda en un momento especialmente delicado su compromiso con la provincia, donde se instaló mucho antes de que se hablara, incluso, de tecnópolis y de parques tecnológicos -el PTA fue inaugurado en 1992-.

La inversión, sin embargo, no se reduce al programa de las terminales ni a la extensión de la planta. En esta nueva etapa, la firma quiere utilizar también los equipos de Málaga para producir artículos de autolocomoción. Probablemente, si son ciertos los rumores, no ya tanto para Toyota como para General Motors.

Delgado adelantó asimismo que Fujitsu aspira a fortalecer su red de proveedores locales y su penetración en el tejido empresarial de la provincia, lo que implica la aportación de soluciones tecnológicas para las pequeñas y medianas compañías.

Durante su visita, Griñán, alabó a la firma por su contribución a la investigación y al florecimiento económico. Sobre todo, en un contexto huérfano de iniciativas calibradas con la intención de avanzar hacia la mejora del modelo productivo. Para Griñán, la tecnología está llamada a ser el «motor fundamental» para encarar los cambios. En este sentido, mencionó que su gabinete ha aumentado el presupuesto consignado a I+D+i hasta rebasar la media española. Un esfuerzo que, incidió, no se ha visto correspondido del mismo modo por la iniciativa privada, que se deja mucho menos dinero en el sector en Andalucía que en otros puntos de Europa. «La crisis es muy dura, hay una crisis de financiación, pero, más allá de eso, debemos anclarnos en conceptos que nos permitan mirar el futuro con optimismo y los más importantes son la educación, el conocimiento, la formación, la innovación y ese espíritu científico de renovarse cada día», resaltó. El sector de las nuevas tecnologías, integrado en la comunidad por más de 1.500 empresas, factura ya en Andalucía 4.000 millones de euros.