Polémica del metro

La concesionaria del metro rectifica al alcalde y no renuncia a sus derechos

Metro Málaga reivindica diciembre de 2014 como fecha de entrega del tramo hasta La Malagueta pero ofrece diálogo - Las empresas reiteran que lucharán por el cumplimiento de los "compromisos contractuales"

Varias máquinas del metro en la cochera de Los Asperones.

Varias máquinas del metro en la cochera de Los Asperones. / La Opinión

JOSÉ ANTONIO SAU

La concesionaria del metro arrojó ayer más sombras sobre el futuro del último tramo del suburbano y matizó las palabras del regidor malagueño, Francisco de la Torre, quien aseguró a la Junta que Metro Málaga no iría a los tribunales a cambio de más años de explotación si no se le entregaba en diciembre de 2014 el trazado que une el Guadalmedina y La Malagueta, un kilómetro y medio que no deja de sembrar discordia. Así, el consejo de administración afirmó ayer que luchará por el cumplimiento «de los compromisos contractuales» en defensa de sus derechos e intereses.

El debate de fondo es que la Consejería de Fomento (IU) quiere que el metro vaya en superficie en el último tramo de su recorrido y el Ayuntamiento lo pretende bajo tierra, como estaba consensuado desde un principio. Pero no hay dinero y el sobrecoste de la obra ha sido enorme, así que para converger en un punto, De la Torre aseguró que las empresas que conforman Metro Málaga se comprometían a no ir a los jueces para exigir daños y perjuicios por el hecho de que no se le entregue el itinerario entre Guadalmedina y La Malagueta en diciembre de 2014, fecha comprometida. La Junta no se fió nunca y, en un gesto característico de Elena Cortés, titular de Fomento, enarcaba las cejas mientras decía que quería eso por escrito. Para que luego la concesionaria no dijera digo donde dijo Diego.

Finalmente, la concesionaria matizó al regidor en lo que supone un aviso a navegantes: el consejo de administración se reunió ayer y resolvió «velar por la defensa de sus intereses y derechos en el marco del cumplimiento de los compromisos contractuales rubricados en la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía en abril de 2010».

Esos compromisos establecían la puesta a disposición por parte de la administración a la explotadora del último tramo hasta La Malagueta en diciembre de 2014, para completar así la explotación íntegra de las líneas 1 y 2 para 2015. Pero, ante la «incertidumbre», no renuncia a «sus legítimos intereses y derechos de los accionistas». Luego da la de arena: «Reafirma su intención de buscar, junto a la administración concedente, todas las fórmulas y vías contempladas en el contrato de concesión que garanticen una solución válida para todas las partes sin alterar el equilibrio económico del proyecto». Metro Málaga está formada por FCC-Globalia, AOPJA, Cajamar, Cointer, Sando, Comsa y Vera y tiene un capital social de 136,5 millones.

El problema de no llegar a un acuerdo es que se dispararían los costes de explotación en 10 millones de euros anuales, que se sumarán así a los 47 millones por ejercicio que pagan las administraciones para devolver el crédito al BEI y la subvención del billete, ya que todo lo que no sea llevar 20 millones de pasajeros al año, como se preveía inicialmente, supondrá que sea una infraestructura deficitaria que pagará usted. Hay varias opciones en el horizonte: que la obra se quede en el Guadalmedina -la peor opción-; que se haga en superficie -la que le gusta a la Junta- o bajo tierra -la que quiere De la Torre-. Incluso se plantea la posibilidad de que vaya sólo hasta la plaza de La Marina.

Ahora hay que encontrar la cuadratura del círculo. La Junta, de momento, se compromete a contemplar el soterramiento pero lo fía todo a un estudio de viabilidad económica de las distintas alternativas planteadas para el último tramo, incluyendo los posibles sobrecostes. La Junta prometió a De la Torre que estudiaría lo del soterramiento, lo que no es más que ponerle una vela a Dios y otra al Diablo, porque tampoco desautoriza a la pertinaz consejera de Fomento, que quería licitar estos días el último tramo en superficie.

El alcalde, por su parte, consideró ayer que lo dicho por Metro Málaga es «coherente» con el compromiso transmitido por cada uno de los socios privados de no ir a la vía judicial para reclamar indemnizaciones por el incumplimiento de plazos. Es más, cree que esto abre un camino «a pactar algo nuevo». Es decir, no cree en ningún caso que la resolución de la concesionaria contradiga sus palabras y entiende, por contra, que las refuerzan.

«No renuncian a sus legítimos derechos, pero también reafirman su intención de encontrar fórmulas que garanticen una solución válida; por tanto, es un pronunciamiento coherente con lo que he hablado con ellos, no es contradictorio», dijo a Europa Press el regidor, que esta semana está en Japón.

Más aún, confirma, a su juicio, «su disposición al diálogo y a buscar fórmulas de más plazos en la concesión que permitan compensar el retraso que pueda haber en la obra para así cumplir el proyecto que está pactado». En este punto, aseguró que le consta que los socios privados «también quieren que vaya soterrado hasta La Malagueta». Defendió que la compensación en años «es viable» y hay que trazar, precisó, «un cuadro realista». En la misma línea se expresó el edil de Movilidad, Raúl López, quien mostró su satisfacción por la resolución de Metro Málaga, y afirmó que su reacción se produce como consecuencia de los contactos que el alcalde mantuvo con ellos. «Esto muestra la disposición de los socios a dialogar» para buscar la vía con el fin de ir al proyecto original, el «soterrado», dijo.

Fomento y el Ayuntamiento retomarán mañana y el viernes, tras el encuentro entre Griñán y De la Torre, las reuniones para abordar las cuestiones pendientes del metro, tales como el plan de movilidad o las obligaciones financieras.

@saumartin

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