­La jefatura de la Policía Local confirmó ayer que ha abierto una información reservada en relación a una denuncia de una agente adscrita al Grupo de Investigación y Protección (GIP) sobre un supuesto caso de acoso laboral, según ratificaron fuentes municipales, tras la información adelantada por este periódico.

La agente denunció haberse cortado en el dedo de una mano con una esquirla de cuchilla puesta a propósito en un cajón de su mesa y ser intimidada con la colocación de decenas de octavillas sobre el caso aparecidas en las dependencias del GIP. Por las heridas tuvo que recibir asistencia médica y la antitetánica.

«Desde ese momento, se ordenó la apertura de una información reservada que permitiera contrastar todo lo expuesto. Dicha información reservada se encuentra actualmente en curso y una vez que el instructor finalice la misma, se tomarán las medidas disciplinarias que correspondan, si es que proceden», explicaron fuentes del Ayuntamiento de Málaga a este periódico.

La información señalaba que un policía se autoinculpó de los hecho, pero que mientras éste sigue en su puesto la agente fue trasladada.

En relación a las alusiones de una hermana de esta policía, que trabaja también en las mismas dependencias, que acusaban al concejal de Seguridad, Julio Andrade, de proferir la frase: «A esta roja hay que echarla del GIP», las fuentes municipales indicaron que las declaraciones que esta agente les atribuye «son totalmente falsas: nunca se han producido. Por ello, el concejal ha solicitado a la asesoría jurídica municipal que emprenda las acciones legales que correspondan».

Esta policía, Cristina Guerrero, dijo sentirse perseguida y acosada política y sindicalmente por parte del intendente Martínez Vázquez y del concejal de Seguridad según manifestó la agente en su declaración reservada.