Aunque la mafia es mafia siempre la Costa del Sol tiene el dudoso privilegio de aglutinar a organizaciones procedentes de toda Europa. La presencia de miles de turistas durante todo el año, su gran actividad económica y la cercanía de Marruecos han convertido a nuestro litoral en una atractiva oferta para estas mafias.

La presión de la policía italiana, las sangrientas guerras entre clanes y el olor del hachís de Marruecos hacen de la Costa del Sol un destino de lujo para sus capos. Las dificultades distribuidoras desde Líbano y Argelia han fomentado este traslado. Clanes como Mariano, Mazzarella, Mazzarella-Zazo, Mariano-Ricci o D´Elia han tenido alguna presencia en la Costa del Sol.

La mafia irlandesa es muy parecida a la británica. El poder de camuflaje de ambas es bastante elevado ante el gran número de turistas y residentes de ambas nacionalidades que ocupan anualmente miles de apartamentos de la Costa del Sol. Una de las operaciones más importantes de los últimos años fue Shovell, en la que una treintena de personas, entre ellas Cristopher Kinahan (El padrino irlandés) fueron detenidas en Reino Unido, Irlanda y España. La mayoría de los arrestos se produjeron en la Costa del Sol, donde los investigadores consideran que dirigían unos negocios orientados supuestamente al tráfico de drogas, de armas y blanqueo de capitales.

Los marselleses son conocidos por poseer contactos al más alto nivel en cualquier sociedad en la que se desenvuelven. Tienen mucha reputación como prestamistas a altísimos intereses y como implacables ejecutores a los que no pagan. No son pocos los incidentes y las operaciones que han protagonizado en los últimos años.

Operaciones como Avispa, Troika o más recientemente Majestic son algunos ejemplos de la presencia que la mafia rusa tiene en la Costa del Sol. Sus capos suelen ser los más discretos a la hora de ocultarse de las Fuerza y Cuerpos de Seguridad del Estado.