El puerto va camino de convertirse en un polvorín. La dimisión el pasado viernes del presidente de la Autoridad Portuaria, José Sánchez Maldonado, tras sólo ocho meses en el cargo ha destapado varios conflictos laborales existentes debido a la futura reestructuración de personal de la plantilla de la Autoridad Portuaria que podría llevar al despido a numerosos trabajadores y por el cese de tres empleados temporales.

El comité de empresa del puerto mantendrá un encierro en la sede hasta la llegada del nuevo presidente, Paulino Plata, que está prevista para el próximo miércoles, en protesta por la decisión de no renovar los contratos temporales de tres compañeros, pertenecientes a la Policía Portuaria. Según el comité, estos tres agentes debían haber comenzado a trabajar en junio para cubrir bajas y sustituciones durante un periodo de cuatro meses.

Los representantes de los sindicatos UGT y USO (Unión Sindical Obrera) de Málaga aseguraron ayer que el expresidente José Sánchez Maldodado «se ha marchado del cargo porque no quiere hacer frente a los problemas que hay en el puerto y porque ha levantado la alfombra y se ha asustado»

El delegado sindical de UGT, Juan Antonio Triviño, aseguró que el expresidente «ha utilizado a tres compañeros policías portuarios, a los que no ha renovado los contratos temporales para cubrir bajas y sustituciones, como coartada para justificar su salida». Triviño apunto que «en ningún momento se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de llevar a cabo despidos, que es lo que motivó, según la versión oficial, la salida de Sánchez Maldonado».

En este sentido, el pasado miércoles unos trabajadores del puerto mantuvieron un incidente con el expresidente y durante el altercado, los protestantes asaltaron la sede y tiraron muebles, sillones y quemaron botellas de plástico en protesta por el cese de los mencionados trabajadores.

Sin embargo, el delegado sindical de UGT consideró otras causas para la posible dimisión de Maldonado, como «supuestas presiones por parte de empresas concesionarias del puerto para mejorar las condiciones de sus explotaciones». Además, añadió que la institución tiene que hacer frente a una deuda de tres millones de euros.

Los trabajadores anunciaron ayer que, como protesta por la no contratación de sus tres compañeros, además del encierro van a dejar de vigilar el Palmeral de las Sorpresas, por lo que ningún policía portuario patrullará por la zona.