Más de 40.000 malagueños padecen apnea del sueño, o lo que es lo mismo, tienen dificultades para respirar mientras duermen, lo que les ocasiona graves riesgos para su salud como hipertensión, somnolencia o una diabetes no tratada. No obstante, advierten los expertos, solo una de cada cinco personas afectadas está diagnosticada.

Cansancio constante, somnolencia o un ronquido intenso son algunos de los síntomas que permiten diagnosticar una enfermedad que afecta al triple de hombres que de mujeres, pero que también pueden padecer los menores de la casa que tienen una respiración ruidosa, mal aliento, otitis u otras afecciones de las vías respiratorias, entre otros síntomas.

Y es que, detrás de esos molestos ronquidos que perturban el sueño de la pareja o de familiares del paciente se esconde una enfermedad que hay que vigilar porque cuando las apneas se repiten o se prolongan durante más de 90 segundos pueden derivar en cuadros de hipertensión pulmonar y arterial, así como en arritmias cardíacas. En el peor de los casos, los efectos pueden ir más allá y desembocar en trombosis cerebrales e, incluso, muerte súbita.

La apnea del sueño, asegura el especialista Alberto Cuevas, responsable de la Unidad de Ronquido y Apnea del Sueño de la Clínica Dental Cuevas Queipo, «es un problema poco conocido, silente, pero muy prevalente en la sociedad actual». De hecho, el 15% de los roncadores sufre de apnea del sueño, patología que está provocada por la presencia de lesiones en la vía aérea superior, como la hipertrofia de las amígdalas o de la campanilla o la existencia de un paladar flácido, si bien esta enfermedad también se asocia a la obesidad, el hipotiroidismo o al consumo de alcohol o el tabaco.

Respecto al tratamiento, Cuevas apuesta por un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado para disminuir las consecuencias de esta patología. El aparato mandibular de posicionamiento ajustable, explica, es hoy «una alternativa eficaz en un 90% de los casos moderados», ya que «permite que las vías respiratorias queden abiertas durante el sueño», al margen de su bajo coste.

La investigación clínica, concluye Cuevas en su estudio sobre la apnea del sueño, «busca alternativas de diagnóstico a la costosa polisomnografía que actualmente constituye la prueba de referencia en los hospitales españoles».