Después de dos meses de numerosas críticas ciudadanas y cruce de declaraciones entre Costas, la Junta y el Ayuntamiento por la autorización de siete chiringuitos en La Malagueta que acaban con buena parte de las vistas de la playa, ayer abrió el primero de ellos, el chiringuito Picasso. Los chiringuiteros quieren dejar atrás la polémica y comenzar a recuperar una inversión de unos 400.000 euros por cada restaurante, a lo que habrá sumar otros 400.000 euros a repartir entre todos, por la insuficiente potencia eléctrica.