Las dificultades financieras de la administración autonómica han obligado a la Consejería de Fomento a revisar sus proyectos. Entre ellos, el metro de Málaga, donde han sacado la aportación municipal a la palestra. La falta de concreción por escrito del acuerdo verbal con la anterior consejera, Josefina Cruz (PSOE), y el caos anterior en la gestión del proyecto han motivado el enfrentamiento actual. El Ayuntamiento se agarra a ese acuerdo verbal, que la Consejería acepta con la premisa de estudiar las obras de movilidad que argumenta el Consistorio y descontarlo del coste final. No obstante, es el primer paso. Quedaría por ver la aportación municipal (el 25% de la parte autonómica) para el tramo en obras entre Renfe y Guadalmedina y el polémico hasta La Malagueta. La Consejería aprieta y advierte de que si se hace en superficie, el Ayuntamiento tendría que aportar otros 31 millones de euros. Si se opta por la opción soterrada, 48,5 millones. Y luego está el coste anual para mantener en funcionamiento el metro.