El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, se ha mostrado partidario de mantener la lámina de agua del río hasta el mar ante el problema de malos olores en la desembocadura del Guadalmedina, acentuado en la época estival. «Yo personalmente soy muy partidario de mantener la lámina de agua», señaló tras la inauguración de la exposición Esculturas 1973-2012, del artista madrileño Eduardo Arroyo, en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) Málaga.

El regidor incidió en que el problema de los malos olores del Guadalmedina se debe, según su criterio, a que esa lámina de agua «se hizo con un error de construcción, que es poner escollera en el suelo, lo que dificulta enormemente la limpieza, ya que retiene el lodo y el material orgánico; además, no podemos meter una máquina que lo limpie, por lo que el material se retiene y no llega al mar». De la Torre apuntó, además, que el río Guadalmedina presenta «una especie de prolongación que dificulta enormemente que el mar juegue el papel de limpieza y oxigenación de las aguas».