La fundadora y hasta ahora consejera delegada de Almeida Viajes ha pasado página. Su decisión de abandonar el consejo de administración de la compañía que fundó cuando tenía 21 años, y que nueve años después está consolidada como la tercera empresa del sector en España, sólo por detrás de El Corte Inglés y Halcón Viajes, no ha dejado indiferente a nadie. Sus motivos, más allá de «malinterpretaciones» que no vienen a cuento, son simples: quiere compaginar su espíritu de emprendedora, del que hace gala allá por donde va, con su papel de madre. Y para «volver a empezar», Almeida ha decidido instalar su particular incubadora de empresas en su domicilio particular, desde donde ya trabaja como empresaria del mundo de la cosmética de lujo, sector al que ha llegado con paso firme.

Diseñó el proyecto de Almeida Viajes con apenas 20 años. La decisión de marcharse no ha debido de ser fácil.

Siempre he tenido claro que una empresa no puede depender de su fundador. Además, la expansión internacional de la empresa de viajes ­­-cuenta con más de 400 agencias entre España, Portugal, Brasil y México- me ha quitado mucho tiempo de pasar con mi hijo, así que hace meses empecé a estudiar otros proyectos online que, ante todo, me permitieran conciliar mi vida profesional con la familiar, aspecto que siempre he defendido, así que toca dar ejemplo. Dieciocho horas al día fuera lejos de la familia es demasiado tiempo.

Sin embargo, su salida se produce apenas unos meses después de la entrada de Fasco Group, lo que la dejaba en minoría en el consejo.

Al entrar grandes profesionales mi idea era apartarme un poco. Quería dar el relevo. Ahora ya llevan cuatro meses y pueden hacerse cargo perfectamente de la gestión del grupo.

¿Esto representa un punto y aparte en su laureada carrera profesional?

No, he salido del consejo de administración pero mis socios quieren que siga unida a la empresa como asesora externa. Y yo quiero seguir vinculada. Sí es cierto que nunca he querido que se me encasillase como empresaria del sector turístico, pero si en un futuro emprendo algún proyecto de viajes o tengo alguna idea tengo claro que se lo propondré a Fasco Group.

Pero ya está inmersa en el sector de la cosmética de lujo.

Sí, me he asociado con dos emprendedores, también con muchas ganas de trabajar, para la comercialización del aceite de argán 100% puro -www.argantm.com-, en un proyecto que defiende la cosmética no testada en animales, y que va a contar con una línea de alta gama -Argán Tm- con partículas de oro de 24 kilates.

¿Cómo surgió la idea? Porque esto nada tiene que ver con el turismo, sector en el que se ha formado y especializado en los últimos años.

Mi hoy socia, Thalia Márquez, me presentó la idea de una gama media de aceite de argán. Hablamos de completarla con una línea vip y decidí embarcarme en el proyecto, junto con otro socio, Daniel Tomás, que procede también del sector turístico y de la asesoría.

Supongo que como ya hiciera en Almeida Viajes, la apuesta por las nuevas tecnologías vuelve a ser su máxima para la explotación de nuevos nichos de mercado.

Totalmente, de hecho mi incorporación coincide con la creación de la línea de lujo y con la expansión internacional de la empresa. Además, ya estamos trabajando en la comercialización de una línea de aceite para bebés y otra para hombres, productos que se podrán encontrar en la página web pero que también se comercializarán en algunos establecimientos. Este aceite es un producto cosmético único que tiene unos beneficios impresionantes y que me ha conquistado.

Siempre ha llevado como bandera su espíritu de emprendedora. ¿Qué les diría a los que hoy estudian sobre embarcarse en la aventura del autoempleo?

Creo que los españoles necesitan más empuje emprendedor porque socialmente en nuestro país no hay cultura emprendedora. Estamos hartos de escuchar historias de éxito de americanos pero creo que los españoles necesitan conocer historias más cercanas de las que aprender. Lo veo en todas las charlas que doy. La gente me pregunta cómo conseguí sacar adelante Almeida Viajes y yo cuento anécdotas que me sucedieron, pero también situaciones a las que me he enfrentado en estos nueve años y de las que he aprendido mucho. A mí, particularmente, me han ayudado mucho los consejos que he recibido de primera mano y que siempre he agradecido. Es muy importante escuchar y comprobar que es posible emprender.

¿Es suficiente el crédito que está fluyendo? Son muchos los emprendedores que se desaniman y se quedan en el camino.

Dinero para emprender hay, pero hay que saber buscarlo. Yo colaboro de forma altruista dando charlas con La Caixa, entidad que confió en mí cuando yo no era nadie concediéndome un microcrédito que me permitió sacar adelante mi idea y abrir mi primera agencia.

Supongo que esta nueva etapa empresarial que ha iniciado no se va a limitar al mundo de la cosmética.

Claro que no. Tengo en la cabeza varias ideas que pretendo trabajar desde casa, aunque ahora estoy centrada en la comercialización del aceite de argán, producto en el que creo y sé que funcionará. Lo que me propongo lo consigo.

¿Le sorprende que haya quien no entienda por qué decide ahora dejar una empresa que en 2012 facturó 356 millones de euros?

Sí, pero siempre he tenido claro que soy mejor creando, diseñando, realizando tareas de relaciones públicas que gestionando. De hecho, la gestión pura diaria no me gusta. Lo que me gustaría es poder iniciar proyectos y pasados unos años, cuando ya estuvieran consolidados, venderlos.

¿No le asustan los inicios? Son siempre duros y muy exigentes con el tiempo de uno.

Cierto, pero en esta ocasión voy a empezar a delegar desde el principio para que ningún proyecto dependa totalmente de mí. Sé que, sobre todo al principio, tendré que viajar y asistir a muchos eventos para promocionar Argan TM.

Detrás deja a muchas personas que le han ayudado a hacer de Almeida Viajes una de las empresas más importantes del sector en España. ¿Qué representan para usted?

Siempre he dado mucho valor al capital humano, es clave para conseguir el éxito. Pero en esta ocasión empiezo de cero, con gente nueva. Lo que sí repito es mi máxima de promover la igualdad y la conciliación de la vida familiar y profesional entre el personal, empezando por mí misma.