El Ayuntamiento y la Diputación agarraron ayer el testigo dejado por la Junta de Andalucía y resolvieron ocuparse conjuntamente de los problemas financieros del Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas (Crema); un colectivo pionero en el país y gestionado por el Aula del Mar que había quedado huérfano de subvenciones tras la negativa de la administración autonómica a seguir costeando sus servicios.

Las dos instituciones, que firmaron un convenio con la organización en el museo Alborania, situado en el Palmeral de las Sorpresas, aportarán 80.000 euros con cargo a partes iguales. Una cantidad que, según Juan Jesús Martín, portavoz e investigador del Aula del Mar, garantiza la supervivencia del centro, que se había visto abocado, incluso, a la desaparición tras la estampida financiera de la Junta.

Será la primera vez en sus dieciocho años de historia que el Crema funcione con un respaldo financiero distinto al de la administración autonómica, que ampara su decisión, de acuerdo con Martín, en parámetros exclusivamente económicos. El Gobierno andaluz mantendrá, no obstante, al centro en el registro de entidades colaboradoras, aunque, eso sí, sin ningún tipo de subvención ni nuevos apoyos.

Por su parte, el convenio firmado con el Ayuntamiento y la Diputación, que en principio limita su vigencia a este ejercicio, tiene previsto prolongarse a los próximos años. El alcalde, Francisco de la Torre, aseguró que se trata de un compromiso que nace con voluntad de continuidad y alabó la labor desempañada por el Crema. «Este tipo de cuestiones no se deben interrumpir. Málaga tiene una imagen de sensibilidad en materia ambiental que se valora mucho y eso se convierte a su vez en turismo. Para el Ayuntamiento es una satisfacción», puntualizó.

El presidente de la Diputación, Elías Bendodo, también se sumó a las alabanzas del alcalde y calificó el trabajo del Crema como «esencial» y «encomiable». «El centro no debe desaparecer, sino todo lo contrario, tiene que potenciarse porque hace una labor muy importante», indicó.

Con esta nueva entrada de dinero, el Centro, avanzó José Luis Mons, presidente del Aula del Mar, podrá continuar con una actividad, la de la identificación y el cuidado de las especies, que le ha valido el reconocimiento de la comunidad científica internacional.

Mons espera, además, que el concurso de ambas administraciones, por su sintonía natural con los ayuntamientos, sirva para extender la sensibilidad ambiental y aumentar la propia divulgación de los trabajos que se desarrollan en el Crema. «Queremos dar un paso de gigante para llegar a los organismos de modo que tengan una formación, así como la ciudadanía, para que sepa qué estamos haciendo aquí», precisó. Desde su fundación, en 1996, el Crema ha rubricado muchas primicias en cuanto a recuperación de especies varadas en las cercanías del mar de Alborán y el resto de aguas de la provincia. Algunas tan sorprendentes como la cría de foca que apareció el pasado febrero en el Guadalmedina. Pequeños ejemplares de delfín, tortugas americanas e, incluso, un tiburón, el que apareció en los noventa en Manilva, han pasado por las manos de los componentes del Aula del Mar, que ya han planificado para este verano una nueva suelta. En concreto, de tortugas.

De la Torre quiso reseñar la importancia del mantenimiento del Crema, que es una referencia medioambiental en Andalucía. También recordó que Málaga es, además, sede del Centro de Cooperación del Mediterráneo de la UICN, al que se une, desde Fuengirola, la actividad del Centro Oceanográfico de Málaga, organizaciones, todas ellas, complementarias y necesarias para el conocimiento y la supervivencia de las especies. El texto del convenio hace precisamente hincapié en el valor social de la conservación del patrimonio natural marino del entorno.