­Los bancos, en pleno proceso de redimensionamiento, han cerrado ya 326 oficinas en Málaga, un 23% de las 1.407 que llegaron a tener a mitad de 2008. La clausura obedece sobre todo a la nueva realidad de fusiones formalizadas en los dos últimos años y las exigencias de la UE en el caso de las entidades que han precisado ayudas públicas. Las fusiones habían provocado que una misma entidad tuviera varias oficinas «solapadas» en zonas próximas, a veces incluso en la misma calle. En otros casos, los cierres son por planes de reducción de costes o para acabar con el excedente del boom inmobiliario.