El mercado de las hipotecas en Málaga sigue marcando suelos históricos. Según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el primer trimestre del año 2013 se ha cerrado con sólo 3.157 hipotecas constituidas y un nuevo descenso de casi el 19% en relación al mismo periodo del año anterior, que ya fue de por sí el peor de la historia reciente de la provincia. El dato del mes de abril (677 hipotecas) revela que la tendencia va a más, con casi un 30% de caída interanual. Igual de significativo resulta el descenso del dinero destinado por los bancos durante este año para financiar viviendas: la hipoteca media concedida en Málaga se sitúa en este arranque de 2013 en 108.425 euros, una cifra que está 4.000 euros por debajo del pasado año y que es 57.000 euros inferior al máximo que se alcanzó en 2007. Por aquel entonces, en pleno éxtasis del boom inmobiliario, el préstamo tipo superaba los 165.000 euros.

El descenso se explica tanto por la bajada del precio de la vivienda como por el cambio de estrategia de los bancos, todavía escarmentados por la crisis del ladrillo. Hasta el año 2008 se recurría a sobretasaciones de las viviendas para dar al comprador el máximo dinero posible, cubriendo así tanto el dinero necesario para la compra como algunos extra que servían para unificar el préstamo del coche o dar liquidez al hipotecado para la compra de muebles. El resultado fue que entre 2006 y 2008 se firmaron nada menos que 140.000 hipotecas que llegaban con facilidad a importes de entre 250.000 y 300.000 euros. La crisis, la escalada del paro y el consiguiente aumento de la morosidad, cuya cara más dramática ha sido el problema de los desahucios, ha trastocado el panorama de forma absoluta. Ahora las escasas hipotecas que se conceden apenas cubren el 80% del valor real de la vivienda y se destinan, ante todo, a los pisos en propiedad de la banca, en detrimento de los pisos de los promotores privados. El cambio de rumbo ha suscitado las críticas de la patronal constructora, que denuncia que los bancos, con esta práctica, les están quitando a los clientes. Las entidades niegan así a los clientes las hipoteca para comprar un piso a un promotor privado para, a continuación, ofrecerles uno de su propia cartera.

La tónica es similar en España. El número de hipotecas nuevas constituidas para la adquisición de una vivienda cayó el 18,1% interanual en abril y se situó en 17.508 operaciones, lo que significa que este indicador lleva ya tres años a la baja. El importe medio de una hipoteca para la compra de vivienda se mantuvo en abril por debajo de los 100.000 euros, en 94.023 euros, el 5,8% menos que un año antes.

De toda esta coyuntura escapa buena parte del mercado de segunda residencia (el único que sigue funcionando) por una sencilla razón: el extranjero suele pagar al contado y no recurre a hipoteca, según explican en el sector.