Un total de 12 tortugas marinas, de entre 2 y 4 años de edad, han sido devueltas al mar tras pasar varias semanas de cuidados en el Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas, Crema, que cuenta con el apoyo del Aula del Mar de Málaga. Juntos velan por el mantenimiento y conservación de los fondos marinos del Mar de Alborán.

El coordinador del Crema y biólogo marino, José Luis Mons, junto a varios miembros del Centro y el Aula del Mar fueron los encargados de devolver al mar a las doces tortugas recuperadas. La expedición partió desde el Muelle Pesquero de Málaga a bordo de la embarcación «El Capitón», de la Fundación Mediterránea de los fondos marinos. A una distancia de 3 millas desde la costa se procedió a la devolución de las especies a su hábitat natural. Pons explicó: «Las tortugas vienen llenas de unos crustáceos que los pescadores llaman «escaramujos», unos cirrípidos que realmente no son parásitos, se alimentan de placton pero viven sobre estos seres».

Los ejemplares enfermos llegan al centro de recuperación a partir de llamadas de la Guardia Civil, el Servicio de Emergencias del 112 o de llamadas de particulares que las encuentran varadas en puertos o playas. El Crema se encarga del cuidado de estos animales para que puedan volver a nadar libremente. Pons reconoce que la mayoría de ejemplares que reciben consiguen salir de nuevo al mar y que las que no consiguen recuperarse es porque llegan al Centro en estado de muerte clínica. En la mayoría de los casos los llamados «escaramujos» crean los mayores problemas a las tortugas. «Cuando son pequeños no pasa nada, pero cuando empiezan a crecer los cirrípidos compiten por el espacio y les limita la movilidad, las tortugas más débiles terminan vagando en la orilla y a algunas termina produciéndole la muerte», apuntó Mons.

Recuperación en agua dulce. Las tortugas que llegan al Centro de Recuperación suelen recuperarse con el uso del agua dulce. «Es relativamente fácil curar a las tortugas. Si no están muy dañadas se ponen en agua dulce para que mueran los parásitos y a ellas les viene bien para rehidratarse. Una vez que comen y se recuperan se procede a liberarlas», indicó José Luis Mons.

Aparte de las doce tortugas liberadas en alta mar, aún quedan alrededor de 30 ejemplares que siguen tratándose. «Este año se presenta un ejercicio de importancia para la conservación de las tortugas marinas en el Mar de Alborán, puesto que al igual que ocurrió en el año 2001, son muchos los ejemplares que están necesitando atención especializada, dado que aparecen en nuestras playas y puertos afectados por una importante infestación por parásitos externos», añade Mons.

El Crema ha atendido desde 1994 más de 5.000 casos de varamientos de tortugas y mamíferos marinos en las costas andaluzas. Trabajan principalmente con especies como la tortuga Boba, escasos ejemplares de tortuga Laud y tortuga Verde, y en una ocasión con una Lora, así como todo tipo de cetáceos. Las tortugas suelen tardar dos o tres semanas en recuperarse, incluso más de tres meses en el caso de que sufran heridas graves. En los dos últimos meses el Crema ha rescatado con vida a más de 40 ejemplares en Málaga y Granada. «Las tortugas liberadas están empezando a vivir, les quedan muchos años de vida y les deseo toda la suerte del mundo», comentó José Luis Mons.