La investigación policial comenzó el pasado mes de mayo cuando agentes de la Policía Nacional de Sevilla que patrullaban por la estación de tren de Santa Justa observaron a una mujer llorando y se acercaron para ayudarla. Cuando los agentes se acercaron, «ésta les explicó que había huido de una organización que le obligaba a ejercer la prostitución contra su voluntad», indicaron los agentes. Según explicó ayer la Policía Nacional, la mujer había sido «vendida» por su propia pareja sentimental a una organización que la trasladó a un piso en Bucarest. «En ese piso comenzaron las agresiones, ya que la víctima fue encerrada en una habitación donde fue amenazada, golpeada e incluso violada y donde le comunicaron que a partir de ese momento ella era propiedad de la organización y debía ejercer la prostitución para ellos», indicó la policía.