Los cuerpos de la joven de 26 años, Estefanía T. V., y su hijo Aarón de 5 que fueron encontrados sin vida el pasado lunes en su vivienda de la barriada de La Luz presentaban signos evidentes de asfixia. Así lo señalan las dos autopsias realizadas durante la mañana de ayer por los forenses del Instituto de Medicina Legal de Málaga, quienes descartaron que el fallecimiento de la joven se produjera por la herida de arma blanca que presentaba en la parte posterior de la cabeza y que, según fuentes cercanas a la investigación, conservaba un trozo del cuchillo con el que fue agredida. En todo caso, los forenses han solicitado pruebas complementarias para determinar si en las muertes también influyó la ingesta de medicamentos. Esta solicitud se lleva a cabo después de que la Policía Científica encontrara esparcidas en una de las habitaciones de la vivienda un gran número de pastillas.

Las mismas fuentes aseguran que los investigadores apuntan a que las dos muertes se pudieron producir entre la noche del domingo y la madrugada del lunes, hecho que cuadra con que la joven no diera señales de vida a su familia desde esa noche y que el pequeño no hubiese ido al colegio de La Luz la mañana del lunes. La policía cree que el presunto asesino, con varios antecedentes penales a sus espaldas y que arrastraba algunos problemas con las drogas, pasó la noche con los cadáveres, que fueron encontrados sobre la cama del dormitorio principal del piso.

La policía se centraba ayer en los motivos que presuntamente llevaron a Miguel Ángel G. G. a quitarle la vida a su pareja y a su hijo. Según ha podido saber este periódico, por las declaraciones recogidas en el entorno más próximo a la familia, Miguel Ángel G. G. acudió al piso el domingo por la tarde para devolverle el niño a la madre, ya que la pareja se había separado el pasado verano tras varios ultimátum de ella. Según esta versión, tras pasar la jornada con el pequeño, el encuentro acabó con una discusión entre la expareja que podría estar motivada por una separación que él todavía no había asimilado y los celos ante la posibilidad de que ella pudiera rehacer su vida.

El silencio se hizo en la casa hasta pasadas las 15.30 horas del lunes de una forma dramática. Tras no responder a las reiteradas llamadas de su familia y conocer que el pequeño Aarón no había ido al colegio esa misma mañana, el padre de Estefanía se dirigió al primer piso del número tres de la avenida Isaac Peral, donde nadie respondió a sus llamadas. Inquieto, bajó a la calle y se dirigió al negocio Todo en Pinturas, a apenas unos metros del portal de su hija. Allí pidió una escalera de madera de más de dos metros de altura y la colocó bajo el balcón cerrado de la vivienda. El padre y abuelo de las víctimas alcanzó la ventana y, una vez dentro, una visión macabra. En el dormitorio principal, contempló los cuerpos inertes de Estefanía y Aarón. Entre ambos estaba su yerno, que al verle se incorporó para enfrentarse violentamente. Según varias amigas de la joven, el joven le aseguró que no lo mataría para que sufriera el resto de su vida. Tras un intercambio de golpes, el sospechoso abandonó la vivienda para iniciar una fuga que apenas duró tres cuartos de hora.

Mientras el suegro daba la voz de alarma y la Policía Nacional difundía la descripción del sospechoso y de su vehículo a todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Miguel Ángel se subió a su Citroën Berlingo azul y cogió la Ronda Oeste en dirección hacia Almería. Sin embargo, la Guardia Civil de Tráfico lo paró a la altura de Ciudad Jardín por circular sin el cinturón de seguridad. Tras multarle, y justo cuando los agentes le iban a dejar continuar la marcha, una patrulla de la Policía Local de Málaga que pasaba por allí reconoció el vehículo y a su ocupante, que se resistió violentamente a la detención y resultó herido junto a uno de los agentes.

A esa hora, cientos de personas ya habían tomado las inmediaciones del bloque de nueve plantas, que tuvo que ser ampliamente acordonado para que la policía y la comitiva judicial trabajaran durante más de tres horas. Apenas unos minutos después de las 19.00 horas, los servicios funerarios se llevaron los cuerpos con destino al Instituto de Medina Legal de Málaga para practicarles la autopsia.

Mañana, pasará a disposición judicial El hombre de 36 años detenido en relación con la muerte de su pareja y su hijo pasará a disposición judicial este jueves, según han informado fuentes policiales, ya que se tienen que llevar a cabo aún algunas diligencias.