La popular Peña El Palustre celebró ayer la 47 edición de su Concurso Nacional de Albañilería en la Plaza del Padre Ciganda, junto a las playas del Palo, con la colaboración de la Junta Municipal de Distrito Málaga - Este del Ayuntamiento de Málaga. Durante cuatro horas, 37 cuadrillas -formadas por un oficial de albañil y un ayudante o peón- procedentes de Málaga, Cataluña, Extremadura, Fuenlabrada y de la provincia de Sevilla compitieron por mostrar su buen hacer en este concurso de albañilería que, con el paso de los años, se ha convertido en todo un referente a nivel nacional.

La prueba tiene como objetivo estimular a los albañiles para aumentar los conocimientos propios del oficio y para mejorar su destreza y habilidades. Todas las cuadrillas ejecutan simultáneamente el mismo trabajo de albañilería, en este caso, la construcción de una pieza de fábrica de ladrillos durante 4 horas, y cuya ejecución exigía alguna operación de replanteo y trazado. Un jurado compuesto por los organizadores y por técnicos del oficio -incluidos representantes del Colegio de Arquitectos y del Colegio de Aparejadores- fueron los encargados de elegir al ganador y de repartir los hasta diez premios previstos en al concurso.

El responsable de la comisión organizadora, Manuel Peláez, explicó a este periódico que los ganadores de esta 47 edición fueron finalmente Lucio y Raúl Jiménez de Riolobos (Cáceres), que se embolsaron un premio en metálico de 5.000 euros. Los segundos clasificados fueron Aleix Planas y Basile Sasta, de Tarragona, que recibieron 2.500 euros, mientras que el tercer puesto fue para Ramón Oliveras y Giuseppe Riveras, de Gerona, que se embolsaron 1.500 euros. Hubo también un premio especial para la primera cuadrilla malagueña clasificada, con 2.000 euros que recayó en los hermanos Antonio y Juan Fernández Olmos.

«El concurso ha salido muy biene. Ha habido una gran afluencia de público y el día ha sido extraordinario, espléndido sin ninguna aparición de lluvias, como apuntaban algunas previsiones», comentaba Manuel Peláez.

En esta edición también se entregó el premio Palustre de Oro» a Diego Maldonado, hasta hace un par de meses coordinador general de Ordenación del Territorio y Vivienda del Ayuntamiento de Málaga, por el apoyo que durante años ha otorgado a este certamen.

Peláez destacó la buena salud de un certamen creado en 1967 en la recién nacida peña paleña El Palustre por profesionales de la albañilería que buscaban el perfeccionamiento de su oficio. Durante muchos años el concurso se celebró delante de la sede de la peña, en la calle que lleva su mismo nombre, pero el auge que tomó la prueba -a la que acuden cuadrillas de toda España- llevó a su traslado hace siete años a la plaza Padre Ciganda. «Allí, las cuadrillas, mientras trabajan, tienen unas vistas preciosas de la Bahía de Málaga», apunta Peláez.