La Fiscalía de Málaga pide 72 años y medio de prisión para un hombre al que acusa de acosar a su examante, doctora, al marido de ésta y a su hijo. A ella la llamaba continuamente, la siguió a un congreso médico, se hizo con su clave de correo y, tras usurparle su identidad digital, envió un supuesto vídeo pornográfico a todos sus contactos y a sus jefes. Era una auténtica obsesión. La mujer vivía primero en Huelva, pero luego se trasladó a Málaga.

La magnitud del acoso es tal que se prolongó desde mayo de 2008 a marzo de 2009. Ello también puede verse en las penas: para el procesado se pide un año por amenazas graves, otro por coacciones, además, se le endosan 34 delitos de revelación de secretos, y por cada uno, el fiscal solicita dos años de prisión -68 en total-, y una multa; por dos delitos contra el honor se reclaman dos sanciones económicas, por el ilícito de usurpación, doce meses de cárcel. Asimismo, se le imputa un delito de quebrantamiento de condena (ocho meses) y otro de violencia de género (diez meses). La Fiscalía reclama que no pueda acercarse a la familia de la afectada en un lustro, y que la indemnice en 50.000 euros.

Según consta en la calificación fiscal, el acusado, cuyas iniciales son J. M. M. M., mantuvo «una relación de afectividad con la víctima hasta 2006, aunque no llegaron a convivir juntos». Ese año la acusada dio por terminada la relación, lo que no gustó al procesado, que empezó a «acosarla, amenazándola y coaccionándola para que volviera».

El fiscal asegura que le hizo multitud de llamadas telefónicas y le mandó innumerables correos, «convirtiendo la situación en insostenible» para la familia. La médico denunció el asunto el 16 de mayo de 2008 y el 13 de agosto de ese mismo mes.

En julio de 2008, se hizo con la clave del correo de la perjudicada, la cambió y empezó a enviar mensajes a todos sus contactos, amigos y familiares, diciéndoles que se iba a suicidar. Se lo hizo llegar, por ejemplo, a un jefe del Hospital Carlos Haya o a la delegada de Salud de Huelva. También cogió sus fotos y las mandó a familiares. Además, se dio de alta como si fuera ella en varios foros.

El 8 de octubre, estando la mujer en Granada en un congreso médico, como él la tenía sometida a vigilancia, «conoció el viaje y se presentó en la ciudad, se dirigió hacia la entrada del hotel donde ella se hospedaba con aspecto descuidado, la mirada perdida y se negaba a irse cuando llegó la policía, generando en la perjudicada una situación de pánico».

Poco después, la acosada, harta de la situación, fue a hablar con él a su domicilio, en Jerez de la Frontera. Así, a las 19.30 horas del 25 de octubre de 2008, se encontró junto a él, pero ella se asustó cuando el acusado le mostró la mirada perdida y un lenguaje incoherente: «Te has robado el alma, porque yo no tengo alma y con la tuya, a través de internet, me he construido una red social». Ella se marchó y la siguió, llegando a zarandearla, dice el fiscal. Dos policías locales que observaron la escena detuvieron al hombre. Luego, al acosador le impusieron una orden de alejamiento.

En noviembre de 2008, la mujer y su marido se trasladaron a vivir a Málaga. El 5 de febrero, el acusado, siempre según el fiscal, «le realizó múltiples llamadas, no parando en días posteriores», desde varios números. Usó otra cuenta para hablar con ella.

El 12 y el 17 de diciembre de 2008, haciéndose pasar por ella, envió a un jefe de Carlos Haya un correo con «contenido personalísimo e íntimo» de la mujer. Hizo lo propio con muchos contactos, y luego envió un vídeo pornográfico «en el que les manifiesta a los receptores que la mujer que aparece en el mismo en posturas comprometidas es la perjudicada, lo cual es falso». También envió fotos de una amiga.

En concreto, remitió 1.054 mensajes acosadores a las cuentas de la víctima, su marido y su hijo, dio de bajas sus teléfonos y envió a los contactos de la pareja fotos de ella que sustrajo de su cuenta. El esposo recibía entre 50 y 60 mensajes diarios en sus bandejas de entrada. El 9 de marzo de 2008, la situación de acoso «es constante y agobiante, habiendo remitido mensajes a más de 800 personas como si fuera ella».

También sustrajo las cuentas de todos los que se relacionaban con la mujer y su familia, para controlarla. Logró así 1.100 direcciones electrónicas, incluida la de la Policía Local de Minas de Riotinto (Huelva). La mujer sufre un cuadro compatible con maltrato psicológico. Aún no hay fecha de juicio, que se celebrará en la Audiencia Provincial.