La presidenta de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), Adelaida de la Calle, ha respaldado la decisión de considerar el catalán como un mérito en lugar de un requisito para acceder al empleo público en las Islas Baleares porque considera que el castellano es la lengua que "mejor cohesiona", en el conjunto del Estado español.

En declaraciones a RNE, recogidas por Europa Press, De la Calle ha especificado que su posición no corresponde a la de la institución que representa, dado que aún no se ha hablado, sino que es personal.

En este sentido, ha recordado que "cuanto más cohesionado está un sistema, mejor funciona", aunque ha hecho hincapié en la necesidad de "conservar las lenguas" que, a su juicio, son "una riqueza".

Por otra parte, la presidenta de los rectores ha señalado la "decepción" de los jóvenes científicos de todo el país por la subida de la partida para investigación de un 2,3 por ciento en los nuevos Presupuestos Generales del Estado, a niveles de 2005, "cuando parecía que iba a subir muchísimo".

Asimismo, ha criticado que, "cuando se tendría que estar haciendo un esfuerzo adicional por seguir luchando por la investigación", los jóvenes que entran en el sector "ven cada vez más reducidas sus posibilidades".

En el reparto general de los presupuestos, "las becas generales en universidades y centros de educación suben", desaparecen becas como las Séneca y otras como las Erasmus se ven muy reducidas, según ha indicado, pero ha recordado también que el sistema "siempre ha sido deficitario".

De hecho, ha recordado que, según datos del ministerio, unos 10.000 estudiantes quedarán fuera del sistema de educación superior por no poder acceder a becas y habrá otros que se queden fuera "por no cumplir los requisitos elevados que se exigen para mantenerse en el sistema con beca".

De la Calle se ha mostrado conforme a aplicar "criterios para esforzar al trabajo y al estudio" pero ha señalado que un "cambio de ritmo" a mitad de la carrera universitaria, "cuando los estudiantes se habían planificado para otras exigencias", es "muy duro".

Pide precaución En este sentido, ha recordado al Gobierno que "no se pueden hacer grandes cambios en momentos difíciles" y ha pedido "precaución" a la hora de cambiar conceptos en un momento en que la Universidad "está viviendo una situación asfixiante" y "ya no sabe de donde más ajustar".

"Uno de los aspectos que más se sufren es ajustarse a lo que se ha hecho al entrar en el espacio europeo de educación superior, que es un esfuerzo tremendo, justo cuando se ha reducido el presupuesto", ha señalado.

Además, considera un error creer que "hay que formar universitarios para lo que demandan la sociedad y el mercado". Por el contrario, considera que la función de la universidad es "amueblar las cabezas" y "enseñar a pensar" a los estudiantes para que sean capaces de adaptarse a las distintas necesidades.

"Enseñar a poner un tornillo no es tarea de la universidad sino de la Formación Profesional", ha concluido.

Aún así, ha señalado que los estudios de postgrado sí dan pie a que los universitarios se formen en alguna especialidad, de acuerdo a las necesidades de cada momento.

Además, ha recordado que, al entrar en el Espacio Europeo de Educación Superior, los estudios universitarios han pasado a incluir la obligación de realizar prácticas en el sector productivo, por lo que la vertiente y el aprendizaje profesional quedaría garantizada.