La tercera planta del hospital Materno de Málaga permanecía cerrada a cal y canto desde el pasado 1 de julio, fecha en la que se acordó su cierre dentro del dispositivo de verano, pero condicionado a la reapertura a 1 de octubre. Durante el periodo estival, las embarazadas a punto de parir han ingresado en una sola planta, la segunda, destinada a ingresos de embarazos de alto riesgo. En estos meses, su personal fue reubicado en otras áreas del hospital. Así, las cinco matronas de esta planta pasaron a la segunda, desplazando, a su vez, a otras tantas enfermeras que fueron repartidas en el pabellón maternal ante el déficit de profesionales de la enfermería, según denunció el Satse. Pero hace apenas una semana, para sorpresa de todo el personal de la planta que esperaban volver a su puesto originario, la dirección comunicó que la tercera planta permanecería cerrada, porque los recursos de la segunda planta de maternidad (32 camas) eran suficientes para atender la demanda asistencial de mujeres embarazadas. Entonces, el hospital aseguró que esta planta permanecería en reserva y que volvería a abrir si así lo requería la demanda asistencial, véase, si aumentaba el número de parturientas que requerían ingreso previo al parto, cosa que ha ocurrido, eso sí, sin previo aviso.