Los directores de los colegios situados en zonas deprimidas de la provincia no saben qué hacer para poder atender a todos los niños que tienen carencias en su alimentación. La segunda fase del plan de Solidaridad y Garantía Alimentaria de la Junta, que propicia que los centros educativos den tres comidas diarias a los escolares sin recursos, ha detectado nuevos casos, algunos incluso situados fuera de las denominadas zonas con necesidades de transformación. Hay comedores que no dan abasto y que ya han cubierto el cupo de usuarios autorizados.

Tal es la demanda que los comedores están desbordados. Estos niños comen en sus colegios de forma gratuita y además reciben una bolsa con la merienda, para que se la coman en casa, y otra con el desayuno del día siguiente. Cuando se puso en marcha este programa, incluido en el Decreto Ley de Medidas Urgentes contra la Exclusión Social, unos 8.400 escolares de la provincia, que viven en barrios deprimidos, se iban a beneficiar de estas tres comidas. En verano, a pesar de estar de vacaciones, para asegurar la correcta alimentación de estos menores, la Junta también puso en marcha unas escuelas de verano, doce en toda la provincia, que atendieron a un millar de alumnos.

Coincidiendo con el inicio del nuevo curso escolar, la Junta ha puesto en marcha la segunda fase del plan, a instancias de los informes de los servicios sociales comunitarios, que ejercen de intermediarios entre las Consejerías de Asuntos Sociales y de Educación y las familias. Se encargan de localizar a los menores en riesgo de exclusión social fuera de las zonas con necesidades de transformación. En este caso, a partir de septiembre comenzaron a notificar a los centros escolares el número de beneficiarios nuevos cada semana para incluirlos en la red.

Esta situación es la que ha desbordado al servicio de comedor, según explicó José López, director del CEIP Gálvez Moll, en la Palmilla. En este colegio, por ejemplo, 118 alumnos de los 180 matriculados (el 65% de la población escolar), reciben estas tres comidas. «Nosotros ya dábamos el desayuno desde hace más de 20 años y ahora nos encontramos con el problema de que ya hemos cubierto todos los usuarios autorizados y hay demandantes que se han quedado sin plaza», explica López, que señala que son varios los colegios que viven la misma situación.

Fuentes de la Delegación Territorial de Educación explicaron que según sus datos, «no hay un gran número de alumnos que, siendo beneficiarios de dicho programa, no hayan sido admitidos en primera instancia en el comedor de su centro educativo por falta de plazas».

Educación señala que este incremento del número de plazas necesarias «no se pudo planificar en su momento, en torno al mes de junio, al existir retraso en la emisión por parte de los Servicios Sociales Comunitarios de los certificados que acreditan cumplir las condiciones para ser beneficiarios del mismo».

En todo caso, la Junta asegura que estos «problemas administrativos» se están solventando de forma que todo el alumnado que esté en situación de beneficiarse del programa lo pueda hacer.