Las negociaciones en Limasa por el nuevo convenio colectivo están al borde de la ruptura después de que en la reunión de ayer empresa y representantes de los trabajadores no avanzaran ni un paso y acabaran levantándose con acusaciones de boicot por ambas partes.

Las negociaciones se ven además enturbiadas por la situación en el Centro Ambiental de Los Ruices, donde la empresa ha logrado -«bajo amenazas y chantajes, según el comité de empresa- que los más de 50 trabajadores de este centro acepten una rebaja salarial del 20%. La empresa llegó a presentar la carta de despido a ocho de ellos para lograr finalmente que aceptaran la rebaja salarial.

En un principio, empresa y comité habían acordado «aparcar» algunos temas más conflictivos y entrar a discutir y valorar otros sobre los que el comité había mostrado su disposición a hablar. Se trata de temas como la ampliación del periodo en que es posible disfrutar vacaciones; la eliminación de los seis días extras de vacaciones o sobre el descanso en sábado y domingo que, en principio, no tienen una afectación directa con la nómina.

Se hizo una valoración del coste anual de cada uno de estos apartados. Sin embargo, en la reunión de ayer, en la que se debía entrar a hablar de estos temas, la situación quedó bloqueada.

El motivo principal, según el relato del presidente del comité de empresa, Manuel Belmonte, es que la empresa argumenta que la mayoría de estos aspectos del convenio no le suponen ningún ahorro y no ayudan a rebajar los seis millones que necesitan recortar del presupuesto de 2014, salvo la eliminación de los seis días extras de vacaciones, tiempo en que no tendrían que contratar eventuales. Esta actitud de la dirección exasperó a los miembros del comité. La empresa, según lo expresado por Manuel Belmonte, «solo quiere imponer aquellos aspectos que supongan una rebaja económica, quieren desplumar el convenio».

De esta manera, la empresa insiste en la necesidad de prescindir de la paga de Navidad o de la de productividad, en la semana de 37,5 horas, en no subir la antigüedad o en reducir el plus complementario un 15%.

Así las cosas la reunión de ayer acabó de manera brusca y subida de tono y con acusaciones por ambas partes de boicotear la discusión que deberá volver el próximo jueves.