La situación de los jóvenes desempleados españoles que viajaron a Alemania con la ilusión de cambiar su vida ante las nulas expectativas laborales en España y que fueron engañados con ofertas de trabajo falsas, parece haber removido las conciencias de las autoridades bávaras, que se han comprometido a agilizar al máximo los contratos de trabajo que esperan firmar los afectados. También prometen colaborar en la búsqueda de alojamientos adecuados para acabar con la situación de hacinamiento que sufren (muchos viven en los sótanos de una escuela del extinto partido único de la antigua RDA) y a prestar una inmediata asistencia social y pedagógica.

Como adelantó ayer La Opinión de Málaga, entre los 140 afectados (algunas fuentes hablan de 128) se encuentra un joven malagueño, aunque residente en el madrileño municipio de Arganda del Rey. Álvaro Cortés Tomé, de 27 años, viajó el pasado 19 de septiembre desde Madrid a Fránkfurt y de ahí en tren hasta Érfurt, ciudad donde se suponía que iba a dar alemán las primeras seis semanas, para posteriormente trabajar en un hotel, aceptando el modelo de formación dual, que combina clases con trabajo remunerado.

Le ofrecían una beca de transporte de 300 euros, otra beca adicional de 500 euros por mudanza, así como alojamiento, en principio, una vivienda compartida entre dos o tres personas. También ayuda para llevar a cabo los trámites iniciales, como empadronamiento o apertura de cuentas bancarias. Si optaba por hacer un curso, recibiría una paga extra de 818 euros mensuales, y en el caso de ir a trabajar, una ayuda el primer mes de 890 euros.

Sin embargo, las empresas intermediarias que se encargaron de reclutar a estos jóvenes en España (principalmente de Madrid y Castilla La Mancha) y a impartirles un curso inicial de alemán, desaparecieron del mapa sin dejar rastro. Los pisos compartidos que habían ofrecido tampoco existían y en su lugar tuvieron que alojarse inicialmente en un barracón en condiciones tercermundistas, sin calefacción y con un baño para todos.

Tras denunciar esta situación y ponerse la embajada manos a la obra, el Gobierno alemán parece dispuesto a lavar su imagen y a contrarreloj busca contratos para atender la demanda de empleo de estos jóvenes, sobre todo en la hostelería y la construcción. Álvaro Cortés, que ha decidido seguir en Alemania pese a todo, «la situación en España es peor», reconoce, tiene buenas noticias y espera mucho de la reunión que se celebrará al mediodía de hoy.

Los afectados mantendrán un encuentro con representantes de la embajada, la Cámara de Comercio, del Welcome Center (institución que se encarga de ayudar a los recién llegados a la ciudad, y el Gobierno regional, en concreto, con el ministro de Economía de Turingia, el socialdemócrata Matthias Machnig.

Álvaro Cortés confía en poder firmar un contrato de trabajo de aquí al lunes, para trabajar en un hotel. De hecho, reconoce que en los últimos días se vienen firmando dos diarios, aunque aún no se ha llegado ni al medio centenar, pese a que la embajada española asegura tener cerrados con la patronal unos 95.

En la reunión de hoy, los jóvenes podrán explicar cuál es su situación y dar sus datos a las autoridades para que puedan ser cotejados con los que están obteniendo con las empresas intermediarias que prometieron los contratos. Este censo es necesario porque aún reina cierta confusión sobre el número exacto de españoles que siguen en la zona necesitados de ayuda oficial, ya que algunos ya se han ido y otros están llegando todavía.