Tras 41 años de servicio, el coronel jefe de la Comandancia de Málaga se despidió ayer de su casa, de sus compañeros y de su media vida. José Sánchez (Almería, 1949) aprovechó el Día del Pilar, patrona de la Guardia Civil, y la festividad de la Hispanidad, para despedirse del que ha sido su destino y hogar durante la mitad de su carrera.

El número uno del instituto armado en la provincia anunció ayer su jubilación con un discurso que se desmarcó al de otros años para apuntar directamente al corazón de la benemérita. «Compromiso, lealtad, sacrificio, abnegación, disciplina, obediencia...» Sánchez animó a los guardias civiles de siempre a seguir siéndolo en «tiempos convulsos» para seguir teniendo el reconocimiento y agradecimiento de todos los malagueños. Como el del subdelegado del Gobierno en Málaga, Jorge Hernández Mollar, quien mostró al coronel su gratitud como un ciudadano más por los servicios prestados a la provincia durante sus diferentes etapas en la Comandancia de Málaga.

En un apasionado discurso, Hernández Mollar destacó el trabajo de un cuerpo que ha sabido adaptarse «a los nuevos tiempos, a las nuevas exigencias y a las nuevas formas de delincuencia que han surgido desde la evolución de las nuevas tecnologías».

El subdelegado recordó cómo la Guardia Civil, que ha cumplido 169 años desde su fundación, llega al 70% del territorio malagueño. «Ahora, en la época de la globalización que vivimos, nos estamos encontrando con nuevos retos a los que debemos enfrentarnos», añadió antes de insistir en la adaptación del cuerpo. El instituto armado, según Hernández Mollar, «ha sabido acomodarse a las nuevas exigencias del desarrollo económico, social o cultural así como a las nuevas formas de delincuencia». En este punto, recordó que el Ministerio del Interior "potenció hace unos meses los equipos contra el crimen organizado e intensificó la colaboración con otros países y organizaciones internacionales».

Según el representante del Gobierno central en la provincia, la Guardia Civil está «plenamente capacitada» para prestar sus servicios en los nuevos escenarios internacionales: «Está hoy absolutamente preparada para enfrentarse a cualquier tipo de delincuencia que se pueda encontrar y a continuar prestando servicios humanitarios en tierra, mar o aire». «Por su situación geoestratégica y fronteriza, España y, sobre todo Málaga, corren el peligro de ser zonas de acogida y de refugio a veces de malhechores», abundó, al tiempo que citó algunas de las operaciones que ha desarrollado en los últimos meses o el papel que, junto a la Policía Nacional, el cuerpo desempeña en la protección de los colectivos más vulnerables de la sociedad, para el que disponen de un sistema de protección y atención de las víctimas de la violencia de género, de los menores o de las víctimas de explotación laboral o sexual, «grandes males de nuestra sociedad de hoy y que exigen una profunda reflexión, más allá de las medidas legales».

Esfuerzos

El responsable del Ejecutivo central en la provincia también hizo referencia a la actual situación de crisis económica, asegurando ser consciente de los esfuerzos que realiza la Guardia Civil para el desarrollo del trabajo diario, además de «las carencias en recursos y retribuciones». «Seguiré trabajando para que los agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil tengan unas condiciones de trabajo y económicas dignas y acordes con su responsabilidad y con su papel en la salvaguarda de los derechos y libertades públicas», concluyó Hernández Mollar.

El cuerpo reconoce el trabajo de sus agentes

Como cada año, la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga aprovechó el día de su patrona la Virgen del Pilar y el Día de la Hispanidad para condecorar a los agentes que durante los últimos doce meses han acumulado méritos para ello. Alrededor de una treintena de agentes se repartieron la cruz de plata, la del mérito a la constancia, la medalla al mérito militar o las cruces con distintivos blancos o rojos en sus diferentes categorías. Sin embargo, la ovación de la mañana se la llevó Antonio Fernández, que a sus 95 años acudió como un reloj a la Comandancia para recoger personalmente el reconocimiento que la Guardia Civil de Málaga le hizo como el agente más veterano de la provincia.