Mucho ha llovido desde que el italiano Alciato publicara el primer libro de emblemas de la historia (Emblematum Liber, 1531).

Como destacan los tres docentes de la Universidad de Málaga, la fama de los emblemas hace que los encontremos, por ejemplo, en el patio de la antigua Universidad de Salamanca. Aunque en realidad se trata de enigmas, sacados de la novela El sueño de Polifilo (1499), de Francesco Colonna, casi una especie de antecesor de las novelas de Dan Brown, en la que Polifilo debe ir descifrando enigmas hasta localizar a su amada.

«La novela El Club Dumas de Peréz Reverte está relativamente relacionado con esta novela y hay otra obra, El enigma del Cuatro, que tiene este libro como protagonista», explica Reyes Escalera.

El proceloso mundo de los emblemas, muchos de los cuales pasaron a América, donde fueron muy populares, ha sido estudiado con pasión y detalle en el último congreso internacional de Málaga, al que acudieron expertos de toda España, Portugal, Dinamarca, Polonia, Italia, Gran Bretaña, Brasil, México y Estados Unidos, ofreciendo un enfoque muy rico, pues como señala la profesora de la UMA, «los trabajos tienen un carácter multidisciplinar», pues se tratan aspectos de la Literatura, Historia del Arte, Filología Clásica, Historia del Pensamiento o Biblioteconomía.

Como ejemplo, el trabajo expuesto por el catedrático José Miguel Morales Folguera sobre las fiestas en honor de Carlos II en Italia. «Desde su nacimiento hasta su muerte, se celebraban las fiestas con montajes arquitectónicos, efímeros». Esos emblemas, en cartón piedra, adornaban arcos o túmulos o con grandes telas, cubrían la iglesia de Santiago de los Españoles en Roma, «y se pintaban con todos los elementos iconográficos, simbólicos y míticos», comenta.

Candados, ángeles, leones, espadas, hogueras, anclas, elefantes, cañones... emblemas al servicio del hombre renacentista y barroco, explicados hoy.