­La UMA ha celebrado este lunes el acto de inauguración oficial del curso 2013/14, con gran solemnidad académica. Se celebrará en el Complejo de Estudios Sociales y Comercio y estará presidido por la rectora, Adelaida de la Calle, con la presencia del consejero de Innovación de la Junta de Andalucía, José Sánchez Maldonado, así como el secretario general de Universidades, Francisco Triguero. Como cada año, han sido invitadas las autoridades de la comunidad autónoma y de la provincia, así como representantes de la judicatura, la Iglesia, las fuerzas armadas, empresas y otros sectores de la sociedad malagueña.

Pero el curso que comienza no será igual que siempre, aunque viene arrastrando un importante lastre de los últimos años. Será el curso de la consolidación del plan Bolonia, con grandes dificultades en los centros universitarios, con múltiples carencias y más aún por los recortes. Las políticas de austeridad aplicadas por el Gobierno central, la deuda que acumula la Junta de Andalucía, pueden provocar un auténtico cataclismo. No se pueden contratar profesores, ni siquiera todos los que se jubilan. La docencia pierde calidad. «La necesidad de profesorado podría desencadenar situaciones preocupantes ante una eventual necesidad provocada por contingencias habituales en el devenir de un curso académico», señala Eugenio Luque, decano de la facultad de Económicas.

Los investigadores son otra de las caras amargas de la austeridad. Están desanimados, «cuando no rabiosos», como reconoce el decano de la facultad de Ciencias, Francisco José Palma. No pueden seguir con sus trabajos, están de brazos cruzados, a veces, reciben menos financiación que antes y, sin embargo, se les exige muchos más para mantener sus ingresos. Algunos programas públicos de investigación hace años que no se convocan mientras que cada vez más profesionales se ven obligados a emigrar el país para continuar con sus investigaciones.

Y hay estudiantes que tienen que abandonar el sistema porque no pueden pagar las tasas, debido también a la situación dramática que viven muchas familias, y no obtienen beca tras el endurecimiento de los requisitos.

Los decanos de varios centros de la UMA alertan del riesgo de que estas políticas repercutan de forma negativa en una institución donde ha de primera la enseñanza (más individualizada desde que entró en vigor el plan Bolonia, y por tanto, con muchos problemas de espacio, como ocurre con Económicas o Ciencias de la Educación, cuyo decano, Juan Antonio García Galindo, suspira por la construcción de un nuevo aulario, «con objeto de cubrir las necesidades de espacio existentes») y la transferencia de conocimiento a la sociedad. Y ambos objetivos pueden estar en entredicho.

Dibujan un futuro de restricción presupuestaria y preocupante para la Universidad malagueña. Algunos reconocen que, por este año, se podrá seguir tirando pero advierten de que una universidad pública y con una docencia de calidad no será sostenible si la receta del Gobierno sigue basándose en recortar más y más año tras año.

Aún no se han cerrado las matriculaciones, pero se estima que el número de alumnos puede superar en un millar a los del año pasado (que fueron alrededor de 36.500). Un 1,3% más, según avanzó el consejero esta pasada semana. Hasta el pasado jueves, ya había matriculados 7.840 alumnos de nuevo ingreso. Y todo ello, a pesar de las nuevas tasas, que penalizan a los repetidores, obligados a pagar hasta un 70% más en caso de cuartas matrículas.

Como novedades académicas, este curso empiezan a funcionar cinco nuevos dobles grados: uno doble en Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Mecánica, otro doble grado en Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Electrónica Industrial y otro en Ingeniería Mecánica e Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo del Proyecto, los tres en la Escuela Superior Politécnica.

Económicas también estrena titulaciones dobles. En concreto, un doble grado en Derecho y Administración y Dirección de Empresas y un doble grado en Economía y Administración y Dirección de Empresas (título en inglés, en colaboración con la Universidad de Cracovia).

En total la Universidad de Málaga impartirá este curso 68 grados, de los que cuatro se dan en centros adscritos (Antequera y Ronda) Como novedad en materia de infraestructuras, comienzan las clases de Enfermería, Fisioterapia, Terapia Ocupacional y Podología en el nuevo edificio de la facultad de Ciencias de la Salud ubicado en la Ampliación de Teatinos.

Alejandro Rodríguez / escuela politécnica

«Los profesores compensan con compromiso su desmotivación»

1. En dos ámbitos. El primero, el presupuesto operativo del centro se ha reducido de forma sustancial. Esto ha supuesto reducir todas las partidas pero es una simple cuestión de ajustes priorizando aquellas que son indispensables. En esta línea hemos tenido que afrontar algunos proyectos de forma plurianual con el consiguiente retraso y el perjuicio evidente. El segundo, más preocupante, es que estos recortes afectan a áreas y departamentos que se encuentran al límite de su capacidad docente y cualquier circunstancia sobrevenida (bajas, jubilaciones no programadas…) puede producir un desajuste y repercutir negativamente en la docencia. Máxime cuando hay profesores y becarios que estando acreditados a nivel nacional y están a la espera de la convocatoria de plazas a las que concursar. De igual forma, servicios fundamentales como Secretaría, Biblioteca... se encuentran al límite de sus posibilidades pudiendo afectar a la calidad de los servicios prestados, sobre todo en un centro con más de 2.600 estudiantes matriculados.

2. La implantación de los títulos de grado se está realizando de forma correcta. En nuestro centro las decisiones relativas a la organización docente como horarios o grupos, así como el desarrollo de la normativa de aplicación a los grados se toman y elaboran en colaboración con las áreas y departamentos. En cualquier caso es necesario destacar y agradecer sobremanera el esfuerzo por parte del profesorado que, al igual que el resto del personal, está sometido a una exigencia creciente en estos últimos años (horas de docencia, dedicación, investigación…) a lo que se añade la bajada de sueldos tan brutal que, pudiendo provocar desmotivación, está siendo compensada por un alto sentido de la responsabilidad.

3. La falta de inversión pública en I+D está suponiendo la paralización o ralentización de proyectos de investigación y haciendo que muchos investigadores y becarios no puedan continuar y, en algunos casos, las metas y objetivos no puedan concluirse, haciendo inútil el trabajo y la inversión realizada años atrás. Se habla de la necesidad de un cambio en el modelo productivo que difícilmente puede producirse si no se hace una inversión en investigación y desarrollo que pueda repercutir en el sistema y en la creación de empresas basadas en conocimiento y tecnología.

4. En relación a los grados, terminar de implantar el último curso de los títulos de grado y empezar y depurar los nuevos dobles grados que van a permitir a nuestros estudiantes obtener dos grados diferentes en Ingeniería, con atribuciones profesionales, con un único curso adicional. En segundo lugar, consolidar el nuevo Programa de Doctorado en Ingeniería Mecánica y Eficiencia Energética aprobado según las nuevas exigencias del RD 99/2011 y, en paralelo, desarrollar una oferta de másteres adecuado a las titulaciones de Grado, al profesorado y los estudiantes de nuestro centro.

5. Desconocemos cuál ha sido la causa de abandono de nuestros estudiantes pero sí puedo indicarle que el abandono ha sido mayor que en cursos anteriores y, por tanto, es fácil relacionar este incremento con la actual época de crisis a la que se suma el incremento del precio de las matrículas y la modificación de las condiciones para obtener becas.

Eugenio Luque / económicas«Podemos correr el riesgo de descapitalizar el bagaje formativo»

1. Está afectando, gravemente, a las posibilidades de contratación de profesores. Piénsese que la facultad de Económicas es la que mayor alumnos tiene de toda la UMA y, en este sentido, estamos teniendo algunos problemas que pueden afectar a nuestra capacidad para impartir las clases. Por otro lado, pensando en el futuro inmediato, el progresivo envejecimiento de la plantilla exige una necesaria renovación que no tenemos garantizada. De hecho, corremos el riesgo de descapitalizar el bagaje formativo de los departamentos y de acabar con la imprescindible transmisión de conocimientos y experiencias del profesorado veterano a los más jóvenes. En la actualidad hay departamentos en los que no se ha contratado ningún profesor estable desde hace más de quince años. Todo esto es aún más grave si se tiene en cuenta los numerosos becarios y profesores en formación, muchos con el rango de doctor, que han alcanzado un elevado nivel de cualificación y no tienen ninguna perspectiva de continuar su carrera académica. Es obvio que, al margen de la frustración o desmotivación personal que esta situación está fomentando, puede que no se rentabilice el importante esfuerzo inversor que se ha destinado a su formación.

2. Con las limitaciones que, tradicionalmente, ha tenido nuestra facultad, tenemos un aceptable grado de satisfacción, gracias al esfuerzo de todo el profesorado. No obstante, el problema de la masificación de las aulas no se ha resuelto y no se están cumpliendo las expectativas que teníamos en cuanto a grupos más pequeños y una tutorización más personalizada. El elevado número de alumnos no sólo es un inconveniente para trabajar con grupos reducidos y aplicar nuevas metodologías, sino que también provoca tasas elevadas de abandono y de fracaso. Muchos de nuestros alumnos eligen titulaciones de Económicas como consecuencia de haber sido descartados en otras opciones preferentes. La UMA debería adaptar su oferta de plazas de grados a la demanda de la sociedad y no crear falsas expectativas a la hora de la inserción laboral que genera desencanto y frustración en los nuevos graduados.

3. A la continuidad de los becarios que pertenecen a grupos de investigación y a la de los profesores en formación. Además, existe una mayor dificultad y, a veces, la imposibilidad para la contratación de nuevos becarios. Por otro lado, esta falta de recursos, por lo menos en las disciplinas relacionadas con la economía, debería servir para un replanteamiento de lo que actualmente se entiende por investigación, que en determinados situaciones supone un derroche injustificado de recursos y que está condicionando y relegando a un segundo plano, en unos casos, y perjudicando, en otros, facetas imprescindibles de la vida universitaria.

4. Esperamos culminar con éxito la primera promoción de los grados, proceso que, por la novedad y por las limitaciones de recursos ha conllevado dificultades adicionales. También finaliza la doble licenciatura ADE-Economía. Esperamos consolidar la titulación conjunta ADE-Derecho que tan buena acogida ha tenido y tan buenos resultados está dando.

5. No tengo datos al respecto, pero supongo que los habrá. Lo que sí puedo decir es que el número de alumnos matriculados en la facultad es similar a otros años.

Juan A. García Galindo / ciencias comunicación«Con estos recortes defendemos aún más la universidad pública»

1. El presupuesto anual de la facultad de Ciencias de la Comunicación, al igual que el resto de los centros, se ha visto reducido en los dos últimos años, respecto del año 2011, en un 27,5%, lo que significa, obviamente, una disminución considerable del presupuesto dedicado al funcionamiento ordinario. Además, el nuevo sistema de financiación de los centros y departamentos ligados a la consecución de los objetivos del Contrato-Programa determinará el presupuesto para el próximo año.

2. La implantación se está realizando con toda normalidad, gracias a la colaboración de todo el profesorado y del PAS, y a las previsiones de organización que hemos venido desarrollando desde los comienzos, con la adecuación de los espacios del edificio principal y la renovación y ampliación de nuestros laboratorios y aulas. La falta de espacios sigue siendo un problema. No obstante, el gran problema principal radica en el gran incremento de la carga lectiva del profesorado, que alcanza en muchos casos los 320 créditos, y la imposibilidad de que los departamentos puedan cubrir las bajas y vacantes del profesorado. La implantación del nuevo sistema de prácticas en empresas, y de los nuevos Trabajos de Fin de Grado son otras de las cuestiones puestas en marcha implican también una mayor dedicación del profesorado. Esta situación dificulta una mayor atención personalizada de los alumnos, tal como requiere el nuevo plan. A ello se añade la excesiva burocratización de las tareas docentes y de la gestión académica.

3. Con un cierto desaliento, debido a los retrasos en los pagos de las ayudas a los proyectos de investigación ya concedidos, así como a la paralización de las nuevas convocatorias. En este sentido, creo oportuno destacar el papel de los profesores de nuestra facultad, así como de todo el profesorado de la UMA, que trata de compaginar, no sin dificultad, la actividad docente con la investigadora, en un contexto de desmotivación general provocado por los recortes presupuestarios en las políticas de Investigación.

4. El principal reto, qué duda cabe, es, como centro que forma parte de una universidad pública, seguir trabajando por la calidad de nuestra universidad desde el ámbito de nuestra competencia, que son los estudios de Comunicación. Las dificultades por las que atraviesan las universidades públicas españolas, como consecuencia de los recortes, no han de ser sino una motivación para seguir defendiendo los valores y principios que las sostienen. En el plano más concreto de nuestro centro, nuestra facultad se enfrenta a los mismos problemas y retos que l resto: los recortes, la rigidez de los procedimientos burocráticos, cierta inseguridad normativa, puesto que estamos asistiendo a cambios muy acelerados que no han dado tiempo a que sean asimilados e integrados adecuadamente, finalizar la implantación de los nuevos planes de estudios de grado, diseñar y poner en marcha los nuevos másteres de las tres titulaciones del centro, cumplir los objetivos del Contrato-Programa, apoyar la promoción del profesorado y del PAS, y seguir mejorando la calidad de la docencia, con la colaboración del profesorado, del PAS, y de los estudiantes.

5. Aún es pronto para tener datos de alumnos que puedan no matricularse este curso académico.

Francisco J. Palma / ciencias«En los investigadores cunde la tristeza y la sensación de injusticia»

1. De múltiples maneras. Por un lado los presupuestos tanto del centro, como de la biblioteca y departamentos se han reducido en un 15%, lo que hace que haya que ajustar aún mucho más todo lo que es el funcionamiento ordinario de la facultad. Pero también los recortes se manifiestan en el personal, tanto docente e investigador, como de administración y servicios, cuyas posibilidades de promoción están paralizadas en estos momentos. Recuerdo que la tasa de reposición del 10% hace que ahora mismo tengamos un gran número de PDI acreditado sin posibilidad de concursar. Nos preocupa la situación de los becarios del Programa Ramón y Cajal, cuyos contratos van terminando y no tienen asegurado su futuro.

2. En este curso 2013/14 tendremos las primeras promociones de los nuevos graduados en cinco de las seis titulaciones de

nuestra facultad de Ciencias (Bioquímica, que empezó un año más tarde, lo hará en el próximo curso). Se trata de un curso difícil, pues tendremos también simultáneamente la última promoción de las licenciaturas. Volviendo a los grados, tenemos todavía por delante el desarrollo de los Trabajos de Fin de Grado, en los cuales los departamentos, y más concretamente el profesorado de los mismos, está fuertemente implicado.

3. Dependiendo de los casos, las reacciones son de tristeza, resignación ante la imposibilidad de modificar la situación, y también, en muchos casos, de rabia. Predomina desde luego la preocupación por el futuro inmediato de las investigaciones en curso, debido a la incertidumbre que genera el no saber si se va a poder contar con los recursos adecuados; el futuro de los proyectos de investigación y por tanto del trabajo desarrollado en los últimos años, está en juego. En especial se ha hecho notar la reducción de personal investigador y de apoyo a la investigación contratado con cargo a los proyectos, o la mengua de los programas Ramón y Cajal y Juan de la Cierva. En algunos casos se llega a caer en el desánimo, y también se percibe una sensación de injusticia, ya que se sigue evaluando la actividad investigadora con los mismos criterios antes de la crisis, si no aún más exigentes, cuando los recursos disponibles para investigar se han visto tan mermados.

4. Me gustaría hablar de objetivos que tienen que ver con las infraestructuras, pues la facultad de Ciencias hace tiempo que se quedó pequeña y necesita más espacios, pero el momento es difícil, aunque no cejemos en ello. Puedo también hablar de retos académicos. Tenemos la acreditación de los títulos de grado existentes, y la solución de todos los problemas que hemos tenido este año con el título conjunto de Andalucía-Tech. Pero también hay que hablar de posgrado, y en este sentido la oferta de másteres oficiales de nuestro centro debe afianzarse y consolidarse con una apuesta decidida por la calidad de los mismos. También quiero resaltar la puesta en marcha de los nuevos programas de doctorado, recientemente verificados, donde Ciencias aporta el 20% del total de la UMA, ya que estos aseguran que se sigue generando conocimiento con nuevos doctores.

5. Si, desgraciadamente así ocurrió con aproximadamente unos ochenta estudiantes (la mayoría de títulos de grado, aunque también algunos pocos de máster oficial y de las antiguas licenciaturas) que vieron sus matrículas anuladas.