El director del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología (IASP), Francisco Cabello, aseguró ayer en Málaga que la Mesa de la Transexualidad está trabajando para alcanzar un consenso sobre la identidad de adolescentes transexuales. Cabello, que participó ayer en la presentación de un congreso mundial de sexología que se celebrará el próximo mes de noviembre en Málaga, manifestó en referencia a las tres menores que «la prevalencia de transexuales es muy baja pero hay gente que sufre mucho y hay que darle solución». El reconocido sexólogo declaró que actualmente «hay gente que a edades muy tempranas se quiere manifestar como transexuales como mecanismo de liderazgo dentro de la clase», e informó de que en ocasiones ese mecanismo se produce ante la mediatización de transexuales famosos. «Eso hay que tratarlo con mucha calma, aquí en España para cambiarte de sexo tienes que pasar el test de la vida real, durante un año», dijo Cabello.

Por su parte, la Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA) exigió ayer a las instituciones andaluzas «contundencia y celeridad» para que un colegio católico de Málaga respete la identidad de género de una alumna transexual. La presidenta de la ATA, Mar Cambrollé, reiteró la «urgente necesidad de consensuar un protocolo de actuación en centros educativos, el cual ha sido propuesto por esta asociación al consejero de Educación de la Junta de Andalucía». Cambrollé añadió que la Ley Integral de Transexualidad es «una herramienta para garantizar la no discriminación y los derechos de las personas transexuales» e insistió que en el caso de estos menores conlleva «prolongar el sufrimiento y el trato desigual de las personas transexuales y de sus familias».

El pasado septiembre, la Asociación de Transexuales de Andalucía puso en conocimiento de la fiscal andaluza contra la violencia de género y de orientación e identidad sexual, Flor Torres, los casos de discriminación de tres menores transexuales en la provincia de Málaga, la cual abrió diligencias de investigación. Tras la misma, la Delegación de la Consejería de Educación en Málaga estableció unas pautas que fueron trasladadas a los tres centros en cuestión, en las que pedían indicar en la lista de clase al estudiante con el género que se sentía y que se acepte vestir el uniforme femenino o masculino.