La asociación de vecinos del Centro Antiguo ha dado su respaldo a las obras de la plaza de Camas, que comenzaron hace unos días. Para María José Soria, estas obras son el fruto de la unión de varios colectivos del Centro, que en abril de 2011 formaron una plataforma para defender una plaza abierta a todos, sin la presencia del mercado provisional de Atarazanas. La plataforma Plaza de Camas se oponía a que esta instalación provisional se mantuviera reconvertida en Mercado de las Artes, y abogaba por un espacio en el que no imperaran el «carácter privado» ni los «intereses económicos».

«Conseguimos unir a la hostelería, al comercio, hoteleros, vecinos... la ciudad es de los que viven en ella, hay que hacer política ciudadana pero referida a la ciudad y la política no es sólo la que hace el Ayuntamiento», resaltó a La Opinión la presidenta.

El proyecto que ahora se pone en marcha y que urbanizará la llamada plaza de Enrique García-Herrera, con una superficie de 5.200 metros cuadrados, tendrá dos espacios diferentes: al norte, pavimentos, luces, mobiliario (pérgolas entre otros) y vegetación, en una actuación parecida a la de Pozos Dulces y en la parcela municipal de Calderón de la Barca se instalará un parque infantil. Además, en la zona central la plaza tendrá árboles en jardineras, puesto que debajo está el aparcamiento municipal. Las obras costarán 820.111 euros, financiadas en un 80 por ciento por los fondos Feder de la Unión Europea. El plazo de las obras, que mantendrán el tránsito peatonal por el perímetro de la plaza y el acceso al aparcamiento subterráneo de calle Camas, es de seis meses.

María José Soria explicó que se trata del segundo proyecto presentado por el Ayuntamiento a los vecinos, después de que el primero que iba a ser mucho más económico y con pequeños cambios, se descartara. Además, dijo no conocer del todo cómo quedará la Casa Hermandad de Fusionadas. «Se supone que la salida va a ser hacia el Pasillo de Santa Isabel, me gustaría conocer el proyecto», señaló.

En cualquier caso, también anunció que la plataforma Plaza de Camas no se disolverá hasta que no finalicen las obras y los colectivos conozcan cómo quedará este espacio, incluida la ocupación de vía pública. A este respecto la presidenta de los vecinos del Centro comentó que en una reciente reunión con la concejala de Comercio, Ana Navarro, la asociación le reclamó que se lleven a cabo los planes de aprovechamiento para evitar excesos de mesas y sillas que quiten espacio público. María José Soria puso como ejemplo negativo la plaza de Uncibay, «que tiene que estar libre en un 60% y fíjate cómo está». «En la plaza de Camas hay locales pequeñitos que están cerrados y se van a abrir inmediatamente», advirtió y recalcó que el Ayuntamiento debe vigilar para que este espacio no se convierta en otra plaza de Uncibay o similar.

Por eso, puso de ejemplo la plaza de la Constitución, «que está llena de padres y madres con sus niños, también en este entorno hay niños y se trata de dinero público, de inversión pública de la ciudad que tiene que repercutir en un tanto por ciento mayoritario en los ciudadanos».

Hoyo de Esparteros La presidenta de la asociación de vecinos del Centro Antiguo también aprovechó para criticar la futura construcción del hotel de Moneo en Hoyo de Esparteros.

María José Soria lamentó la pérdida del Pasillo de Atocha y el permiso para que el hotel tenga el doble de altura de lo permitido en este rincón del Centro. «Estamos en contra, es una zona de Málaga bonita, con historia y vivencias de la ciudad y la entrada de Atarazanas, un espacio que lo tiene todo». La representante vecinal criticó que se vaya a construir «otro Málaga Palacio» y lanzó estas preguntas: «¿Los errores cometidos en el pasado no sirven para nada?, volvemos a lo mismo por intereses de otro tipo?, es penoso». También lamentó que con esta operación inmobiliaria se autorice similar altura en este tramo de la ribera oriental del Guadalmedina. «No lo entiendo», concluyó.

Pintor Nogales Por último, cuestionó la reciente reforma de la Travesía del Pintor Nogales. «En otros países se deja un espacio que parece que está sin terminar, pero hay que tener en cuenta otras razones como cuando sople el Levante. Lo mismo pasó con el albero de la plaza de la Marina», recordó. A su juicio, «colocar baldosas hasta el filo queda estéticamente mal pero se podía haber pensado en otra cosa».