En el pleno municipal de septiembre de 2007, una moción conjunta de los tres grupos políticos reconocía la alarmante desaparición de casas con pinturas murales en la zona de Pozos Dulces, Carretería «y sobre todo en La Trinidad y El Perchel». Por este motivo, aprobaron una moción pidiendo a la Gerencia de Urbanismo la actualización del catálogo de edificios con pinturas murales para incorporarlo al Pepri Centro.

La relación de pinturas murales, incluida en el PGOU de 2011, fue ampliada en abril de este año con una veintena de inmuebles más hasta alcanzar los 188. Pese a que se ponían de ejemplo de destrucción La Trinidad y El Perchel, en esta lista únicamente aparecen 6 inmuebles de los dos barrios históricos, algo que el colectivo Torre Vigía, en defensa del Patrimonio considera totalmente insuficiente.

De hecho, Naser Rodríguez, historiador del Arte y miembro de Torre Vigía, informó hace unos días de que de una vivienda incluida en este catálogo de pinturas murales, en la calle Trinidad, 17, colgaba el cartel de una empresa de demoliciones. En concreto, la casa de Trinidad, 17 fue incluida en el catálogo en la última ampliación de abril. «Los restos que se observan en un extremo son de ladrillo fingido, parecido a lo que han reconstruido en Los Mártires», explica. Para Naser Rodríguez, la casa, de dos plantas, es claramente del XVIII, aunque «sufrió una remodelación durante el XIX o principios del XX».

Hace unos días, el licenciado en Historia del Arte envió a la Gerencia un escrito recordando la moción aprobada y el compromiso de actualizar el catálogo.

El miembro de Torre Vigía llama la atención sobre un hecho: «En La Trinidad, todo lo que sea del XVIII tiene gran probabilidad de tener pinturas». Pero no sólo en este barrio: de la calle Parra recuerda que «toda era de una misma época y hoy sólo existen dos casas, una de ellas el Museo del Vidrio, que no estaban protegidas y le decían al dueño del Museo del Vidrio que para qué conservar la casa, que la tirara y le saldría más barato».

Por este motivo, no entiende que el famoso listado tenga tan pocas casas y eso que no sólo incluye aquellas en las que se ha confirmado la existencia de pinturas murales, sino también las que son «susceptibles de contenerlas a partir de la tipología de edificación», reza la relación de inmuebles.

En el momento de visitar el inmueble de la calle Trinidad, 17 esta semana y con posterioridad a la colocación del cartel de demolición, Urbanismo acababa de realizar varias catas en la fachada.

Fuentes de la Gerencia de Urbanismo explican a La Opinión que la propiedad solicitó licencia de obra menor de demolición del inmueble y se concedió a finales de febrero. Más tarde, Urbanismo incluyó este edificio en la actualización del listado de inmuebles con pinturas murales, «por cautela (...) al aparecer un escaso fragmento de enfoscado original de edificio, motivo más frecuente y común de los aparecidos en la ciudad».

Este es el motivo de las recientes catas en la fachada, tras las que los técnicos han comprobado que las pinturas «no tienen continuidad, no existiendo por lo tanto más restos, es decir, no queda más de lo que se ha visto, que es muy escaso y común», por lo que el edificio no se protegerá y la demolición continúa.

El miembro de Torre Vigía insiste en la escasa protección arquitectónica del Perchel y La Trinidad, dos barrios en los que a Urbanismo, a su juicio, parece no interesarle la supervivencia de las viviendas populares. Y así, mientras el número 34 de la calle Carril aparece en el famoso listado, llama la atención sobre el número 40 de la misma calle. «Puede que tenga pinturas murales y aunque no tenga, ¿por qué demolerla?, en Córdoba tenemos todo el Centro protegido», argumenta.

También llama la atención sobre la trinitaria calle Empedrada, sin protección y retranqueada en algunos tramos y de la que han desaparecido muchos topes de piedra para los carros. En el número 13 señala escisiones horizontales en la fachada, «que es el dibujo que se seguía para pintar», prueba de que a La Trinidad y El Perchel le falta más interés de las autoridades para salvar lo poco que queda de su arquitectura tradicional.